Vida Blue, el dominante pitcher zurdo que se convirtió en uno de los peloteros más populares al inicio de la década de 1970 y fue clave para que los Atléticos de Oakland conquistasen tres campeonatos consecutivos de la Serie Mundial antes que su carrera fuera descarrilada por problemas con las drogas, ha fallecido. Tenía 73 años de edad.
Blue acaparó los premios Cy Young como mejor lanzador y el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1971, una temporada en la que registró una marca de 24-8 con efectividad de 1.82 y 301 ponches. También lanzó 24 juegos completos, incluyendo ocho blanqueadas. Se mantiene como uno de los 11 lanzadores que han ganado ambos galardones en el mismo año.
Blue figuró en la papeleta de votación para el Salón de la Fama en cuatro ocasiones. Su mejor resultado fue un 8,7% en 1993, muy lejos del 75% necesario.
“En cuanto a lo del Salón de la Fama, es algo que con honestidad puedo decir abiertamente que siempre quise estar en el Salón de la Fama”, señaló Blue al diario The Washington Post en 2021. “Sé que lo de las drogas me impidió entrar al Salón de la Fama”.
Seis veces All-Star, Blue fue el as de la dinastía de los A’s, el carismático equipo de peloteros bigotudos — con Reggie Jackson, Catfish Hunter y Rollie Fingers como los otros baluartes — que enlazó tres campeonatos de la Serie Mundial entre 1972 y 1974. Desde entonces, únicamente los Yanquis de Nueva York entre 1998 y 2000 han logrado completar esa gesta.
“Son pocos los jugadores con una trayectoria tan ilustre como la de Vida Blue”, dijo el equipo en un comunicado el domingo. “Vida será siempre una leyenda de la franquicia y un amigo”
Blue fue canjeado a los Reales en marzo de 1982 y dado de baja en agosto de 1983. Purgó una condena de tres meses en una prisión federal y multado 5.000 de dólares tras ser encontrado culpable de un delito menor de posesión de aproximadamente una décima de onza de cocaína. Blue fue sentenciado a un año de prisión, pero el juez federal J. Milton Sullivant suspendió la mayoría de la pena.
“Vida Blue fue un ícono del béisbol en la región de la Bahía durante 50 años”, dijo el presidente de los Gigantes Larry Baer en un comunicado. “Su impacto en la región de la Bahía trasciende sus 17 años en el diamante con la influencia que tuvo en nuestra comunidad”.