La bendición al equipo aguilucho vino de Su Santidad Juan Pablo II, quien iniciaba su primer viaje como Jefe de la Iglesia Católica, visitando la República Dominicana, durante la cual también bendijo la Basílica de Higüey.
Esta santificación recayó en la escuadra Cibaeñas antes del quinto partido de la serie final, la noche del jueves 25 de enero de 1979, cuando dispusieron de los Leones del Escogido para completar una barrida de cinco juegos en la final de la temporada 1978-79, revalidando el conjunto mamey la corona, su octava en la pelota invernal nativa.
Trascendió que el mismo día de la llegada del Papa y la celebración de su resonante triunfo, los fanáticos aguiluchos también recibieron las oraciones del Papa Juan Pablo II quien arribo ese jueves en una histórica visita del Sumo Pontífice a la República Dominicana, en la víspera del 166 natalicio del patricio Juan Pablo Duarte.
Se supo que el Santo Padre, horas antes del juego, al conocer la simpatía del presidente de la Republica, don Antonio Guzmán Fernández y su esposa doña Renee Klang de Guzmán, bendijo esa tarde-noche al equipo cibaeño, al final de la misa multitudinaria a la que acudieron más de 300 mil personas en la Plaza Independencia de Santo Domingo.
El Papa Juan Pablo II fue recibido en horas de la tarde por el primer mandatario y la primera dama, ambos fervientes fanáticos aguiluchos.
Se recuerda que Don Antonio Guzmán, en otro momento histórico, se convirtió en el primer mandatario en bajar al terreno para hacer el lance de primera bola en un partido de beisbol. Eso ocurrió el viernes 20 de octubre de 1978 en el partido inaugural del campeonato entre Águilas y Leones en el Estadio Cibao.
CORONA LUCTUOSA POR MUERTE DE PRINCIPAL DIRECTIVO
La parca de la muerte había tocado a las Águilas con el inesperado fallecimiento del presidente del consejo directivo del equipo, el reconocido abogado doctor Máximo Sánchez Fernández, cuyo deceso, tras un derrame cerebral masivo, se produjo el martes 17 de octubre de 1978, tres días antes del inicio del campeonato.
El reputado médico y congresista doctor Rafael Castro, que era vicepresidente, se hizo cargo de la administración del club, mientras en el terreno dirigía el norteamericano Johnny Lipon, por tercera campaña consecutiva, dominando la ronda regular (35-24) del certamen.
Mientras que con record invertidos negativamente, su archirrival Tigres del Licey (24-35), quedaba en el sótano de la contienda. El Escogido (32-27) superó en 4 juegos a las Estrellas (27-32) en la semifinal de la justa.
Bob Beall, descartado por el Licey, se puso el uniforme aguilucho resultando Jugador Más Valioso del campeonato al batear .309 con 7 jonrones, 36 vueltas remolcadas e igual cantidad de anotadas, defendiendo la inicial durante 55 partidos.
Mientras que el jardinero Dick Davis volvió a ser un bateador oportuno para las Águilas remolcando 40 carreras y siendo co-líder en jonrones con 7, empatado con su compañero Bob Beall. Omar Moreno en apenas 27 juegos en la regular, lidero en triple con cinco, Miguel Diloné en bases robadas con 34 y anotadas con 39.
Comenzó detrás de la goma Harry Saferight, despedido por bajo rendimiento, ocupando la receptoría el criollo Manny Lantigua, dejando a Beall en la inicial, Ramoncito Pérez, jugo la intermedia, pero para la final volvió el panameño Rennie Stennett, defendiendo la antesala Taylor Duncan y en el shortstop todo el camino La Araña, Nelson Norman.
El veterano Winston Llenas, jugó en apenas 10 partidos, limitado por una lesión toda la campaña. La profundidad en la banca cibaeña ayudo bastante con los jóvenes jardineros
PUNTO CLAVE: SÓLIDA ROTACIÓN ABRIDORA
Una sólida rotación de abridores unida a un efectivo relevo llevaron a las Águilas a conquistar el campeonato por octava ocasión. El cuarteto de Jerry Agustine (5-2, 2.41), Ed Farmer (6-5, 3.15), Al Holland (4-3, 2.99) y Nino Espinosa (4-3, 2.97) brillaron como iniciadores.
Juan Jiménez con marca de 7-0, dos salvamentos y efectividad de 1.47 sobresalió desde el bullpen, junto con el cerrador George Decker (2-2, 1.32 con 5 rescates) y William Castro (1-1, 1.30 y 2 salves). Rafael Vásquez y Julio Cesar Divison hicieron su aporte como taponeros.
Exigencia de aumento salarial motivo el despido de Ed Farmer antes del inicio de la serie final, siendo sustituido por George Frazier, quien actuó en cuatro de los cinco juegos con un salvamento.
En la serie final la ofensiva del equipo fue encabezada por Nelson Norman bateando para un sólido promedio de .571 (de 21-12), dos dobles, un triple, 4 carreras impulsadas y 3 anotadas. Bob Beall siguió su tórrido bateo al conectar para .400 con dos impulsadas, 3 anotadas y 3 bases robadas.
Miguel Diloné y Omar Moreno, cargaron hasta con la cartera del cátcher rojo Ron Hassey, al estafarse cinco bases cada uno durante la serie. Luis Pujols el receptor titular de los escarlatas se lesiono durante la celebración de la semifinal.
William Castro y Nino Espinosa, desde la colina de los sustos, fueron los héroes de la disputa por la corona.