La renuncia de seis miembros del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano –COD- plantea una situación preocupante en el seno del organismo.
Los renunciantes de la directiva son el primer vicepresidente del COD, José Manuel Ramos; la segunda vicepresidenta, Irina Pérez; el tercer vicepresidente, Radhamés Tavárez; el cosecretario, Jorge Blas Díaz; el primer vocal, Luis Soto y el tercer vocal, Juan Núñez.
Las renuncias obedecen a diferencias en las decisiones que se toman en la cúpula del organismo, las cuales, según informes, no se hacen de manera consensuadas, de acuerdo a lo dicho por el señor José Manuel Ramos, presidente de la Federación de Ecuestre, uno de los líderes del grupo dimitente.
«El presidente, el secretario general y el tesorero del COD, son las personas que despachan día a día y no están ejecutando las decisiones que aprueba el comité ejecutivo y eso ocurre desde el principio de la gestión (diciembre de 2022); no sabemos lo mucho, lo poco ni cuánto se gasta en esta entidad», habría expresado Ramos a la Agencia EFE vía telefónica.
Ramos afirmó que la directiva del COD la conforman 11 miembros y que, de acuerdo a los estatutos de la entidad, cuando renuncian más de la mitad de sus directivos, se debe convocar a elecciones en un plazo de «alrededor» de 30 días.
Si se toma en cuenta la cantidad de renunciantes, resulta evidente de que el COD, creado en 1948, ha quedado bastante debilitado.
Ello, de algún modo, plantea una grave crisis en el organismo rector del deporte doméstico, cuando se está a las puertas de un compromiso tan serio como son los Juegos Olímpicos “Paris 2024”, previstos para julio próximo.
Se entiende que desde ya hay que comenzar a pensar en la preparación de los atletas que representarán el país en ese, que es el más importante certamen deportivo del mundo –lo que incluye, entre otras cosas, una serie de competencias de fogueos- y en el que Dominicana tiene la encomienda de realizar un papel digno.
Sin embargo, con un panorama como el que acaba de presentarse en el COD, entidad que preside el ingeniero Garibaldy Bautista, se supone que habrá de resultar altamente difícil realizar el mejor trabajo en ese sentido, pues para ello se requiere de una sólida unidad y es lo que parece no haber actualmente en la importante institución.
De ahí el que se requiere de manera urgente buscar una solución a este lamentable inconveniente, en donde incluso podrían participar como mediadores personalidades de renombre ligadas al ámbito deportivo.
Esto así, desde luego, en interés de salvar un escenario que, como el que se ha presentado, de prolongarse, es lógico suponer que habrá de repercutir en perjuicio de nuestros deportistas, que dicho sea de paso nada tienen que ver con la problemática, y del deporte dominicano en sentido general.