Santiago.- Un grupo selecto de seis grandes figuras que hoy ocupan un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown, gracias a su destacada calidad en los diamantes de Grandes Ligas y las Ligas Negras, también formaron parte de la historia de las Águilas Cibaeñas en el béisbol dominicano. Estos jugadores no solo dejaron su huella en LIDOM, sino que acumularon grandes logros y reconocimientos a lo largo de sus carreras en las mayores.
Tres norteamericanos, dos cubanos y un dominicano, todos inmortalizados en Cooperstown, defendieron los colores de las Águilas Cibaeñas, uniendo así sus nombres al legado del equipo más laureado de la pelota dominicana.
Martín Dihigo (HOF 1977): El maestro del béisbol completo
El legendario cubano Martín Dihigo es considerado por muchos expertos como el jugador más completo en la historia del béisbol. Con una capacidad única de sobresalir tanto como lanzador, jugador de cuadro e incluso como jardinero, Dihigo fue un verdadero fenómeno en el deporte. Se le conocía por su versatilidad en todas las facetas del juego, destacándose por su extraordinario brazo desde el montículo, su habilidad para defender el infield y su temible poder con el bate.
Dihigo, apodado “El Maestro”, jugó y dirigió a las Águilas Cibaeñas en 1937 y nuevamente en 1951, justo cuando el béisbol profesional se reanudó en la República Dominicana. Su habilidad como lanzador lo llevó a acumular grandes números, pero también era temido en el plato, siendo regularmente utilizado como tercero o cuarto bate. En las Ligas Negras de Estados Unidos, se destacó como una de las estrellas más importantes, y su nombre resuena en la historia del béisbol internacional, con logros que van más allá de cualquier liga o frontera.
Willie Stargell (HOF 1988): El poder inigualable de los Piratas
Willie Stargell, conocido como “Pops”, fue un icónico bateador zurdo de los Piratas de Pittsburgh, donde se convirtió en una leyenda gracias a su habilidad para conectar jonrones descomunales. Con las Águilas Cibaeñas, durante la temporada 1963-64, Stargell dominó a los lanzadores dominicanos, liderando la liga en dobles (14), triples (7), bases alcanzadas (116) y carreras impulsadas (40). Su promedio de bateo fue un sólido .314, y con un slugging de .569, estableció un récord de extrabases que perduró durante décadas.
En Grandes Ligas, Stargell fue siete veces All-Star y llevó a los Piratas a conquistar dos títulos de Serie Mundial (1971 y 1979), siendo clave en la última, donde también fue nombrado MVP. Es recordado por su liderazgo, su carisma y su habilidad para motivar a sus compañeros en momentos cruciales.
Bill Mazeroski (HOF 2001): El héroe de la defensa y el golpe que definió una Serie Mundial
Bill Mazeroski, considerado uno de los mejores segunda base defensivos de todos los tiempos, fue exaltado al Salón de la Fama en gran parte por su habilidad con el guante. Sin embargo, su carrera quedó inmortalizada por su histórico cuadrangular en el séptimo juego de la Serie Mundial de 1960, que le dio a los Piratas de Pittsburgh el título frente a los Yankees de Nueva York. Ese jonrón sigue siendo uno de los momentos más memorables en la historia del béisbol.
Con las Águilas Cibaeñas, Mazeroski jugó durante dos temporadas (1955-56 y 1956-57), destacándose no solo por su defensa impecable en la intermedia, sino también por su rendimiento ofensivo, liderando la liga en dobles y registrando un respetable promedio de .291. Su inteligencia en el campo y su habilidad para evitar errores lo hicieron un favorito de los fanáticos dominicanos.
Tony La Russa (HOF 2014): El estratega legendario
Aunque Tony La Russa es principalmente conocido por su brillante carrera como manager en Grandes Ligas, también tuvo un breve paso como jugador en la Liga Dominicana, vistiendo la camiseta de las Águilas Cibaeñas en la temporada 1970-71. La Russa, quien jugaba en la segunda base, tuvo un buen desempeño con el equipo, bateando para .278 en 52 juegos.
La verdadera grandeza de La Russa se manifestó en su carrera como dirigente. Ganó tres títulos de Serie Mundial (1989 con los Atléticos de Oakland y 2006, 2011 con los Cardenales de San Luis), y acumuló 2,884 victorias a lo largo de su carrera, siendo el segundo manager más ganador en la historia de Grandes Ligas. Su estilo de manejo innovador y su capacidad para motivar a sus equipos lo llevaron a la inmortalidad en Cooperstown.
Tony Oliva (HOF 2022): El bateador cubano prodigio
Tony Oliva, un jardinero cubano de gran talento, fue un brillante bateador que dejó su huella en las Grandes Ligas con los Mellizos de Minnesota. Ganó tres títulos de bateo en la Liga Americana y fue nombrado Novato del Año en 1964. A lo largo de su carrera de 15 años, Oliva fue ocho veces All-Star y uno de los bateadores más consistentes de su era.
En su breve paso por las Águilas Cibaeñas, Oliva jugó en las temporadas 1967-68 y 1968-69, aunque solo en unos pocos partidos, dejando una pequeña pero significativa huella en la afición dominicana. Su excelsa habilidad con el bate, que lo llevó a Cooperstown, fue evidente incluso en esos breves momentos en LIDOM.
Adrián Beltré (HOF 2024): El dominicano que brilló en ambas ligas
Adrián Beltré, quien será exaltado al Salón de la Fama en 2024, fue uno de los antesalistas más completos en la historia de Grandes Ligas. Su brillante carrera incluye 3,166 hits, 477 jonrones, cuatro Guantes de Oro y la reputación de ser un defensor extraordinario en la tercera base. A lo largo de sus 21 temporadas, Beltré fue cinco veces All-Star y se ganó el respeto de todos por su ética de trabajo y su liderazgo en el campo.
Con las Águilas Cibaeñas, en la temporada 1998-99, Beltré ganó el premio al Jugador Más Valioso, bateando .301 con 10 jonrones y 37 carreras impulsadas. Fue una temporada extraordinaria que marcó el inicio de lo que sería una carrera legendaria tanto en Grandes Ligas como en LIDOM. A sus 20 años, se convirtió en la primera leyenda dominicana en la historia de las Águilas en alcanzar Cooperstown.
Estos seis inmortales de Cooperstown son un testimonio del impacto y legado que las Águilas Cibaeñas han tenido en el béisbol dominicano, y su conexión con los más grandes de la historia del béisbol internacional.