El pasado fin de semana Santiago se convirtió en la capital del atletismo dominicano.
La celebración en esta ciudad de la versión número L111 de los Juegos Deportivos Militares concentró a los mejores atletas de esa disciplina en el país.
Durante tres días de manera consecutiva (desde el jueves 11 hasta el sábado 13 del presente mes) por la pista del Estadio Olímpico del complejo deportivo La Barranquita desfiló lo más granado del atletismo doméstico.
En ese contexto, se enmarcan figuras de la talla de:Marileidy Paulino, ganadora de dos medallas de plata en las pasadas olímpíadas Tokio 2020, campeona del mundo en los 400 metros planos y ganadora de la Liga de Diamante, entre otros muchos lauros y Juander Santos, medallista Centroamericano y del Caribe y en otros eventos internacionales de relieve incluidos los Juegos de Taipéi en el 2017, en donde ganó el oro en los 400 metros con vallas.
Asimismo, los integrantes de la cuarteta mixta 4×400, Alexander Ogando, Lidio Andrés Feliz, Anabel Medina y la propia Marileidy, quienes ganaron plata en Tokio 2020, entre otros.
Se competió entre otras modalidades de velocidad en: 100, 200, 400, 800, 1,000, y 1,500 metros y el medio maratón.
También en los 100 y 110 metros con vallas, el impulso de la bala, lanzamiento de jabalina, salto alto, salto triple, pértiga, y el martillo,
Los aficionados que se dieron cita al citado escenario disfrutaron al máximo de las distintas carreras que fueron celebradas, plena de espectacularidad y clase por parte de los participantes.
Una lástima que la población no haya asistido de la manera masiva a un certamen de tan alto nivel técnico-competitivo.
Esto así porque no todos los días se tiene el privilegio de ver en acción de manera directa – a no ser por la televisión y otros medios- a exponentes del nivel de los señalados.
En definitiva, pues, el torneo llenó cabalmente las expectativas creadas. Se trató de un evento de calidad suprema, en todos los aspectos, tanto en lo competitivo como en lo organizativo. En este último renglón, trabajaron en conjunto la Confederación Deportiva de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, Federación Dominicana de Atletismo y la Asociación de ese deporte en Santiago, que preside el ingeniero Elías Pérez.
Así las cosas, hay que colegir entonces en que Santiago cumplió y demostró que puede ser capaz de montar un evento de esta naturaleza e incluso de nivel superior. Felicitaciones a los atletas participantes,no sólo a los medallistas, sino a todos, así como a los organizadores en un torneo que quedará para la historia, de una de las disciplinas que despierta mayor pasión en el ámbito olímpico, dicho sea de paso, considerada por los expertos como “la reina de las olimpíadas”.
Quedó a deber…
El púgil norteamericano Jared Anderson es una de las jóvenes promesas con que cuenta la división de los pesados en la escena boxísticas internacional.
De hecho, es actualmente la cara de esa categoría de la prestigiosa empresa Top Rank,que dirige el afamado e influyente promotor norteamericano, el nonagenario Bob Arum –hace poco cumplió 90 años-.
Anderson, a quien apodan el “Big Baby”, subió como amplio favorito el pasado sábado en Corpus Christi, Texas, en donde enfrentaría al africano Ryand Merhy.
Y ciertamente ganó, podría decirse que relativamente cómodo. No obstante, hay que reconocer que de algún modo decepcionó, pues jamás se empleó a fondo para llevarse la victoria, le faltó decisión y se militó a asediar a su rival con golpes que, en su mayoría no llevaban la potencia suficiente como para terminar temprano la pelea.
Fue para Anderson una especie de entrenamiento, frente a un rival que desde el principio, se evidenció que su mayor preocupación era terminar de pie la pelea. Es decir, no ser noqueado. Y ciertamente ese fue su gran mérito, ya que en ningún momento puso en dificultades a Anderson durante los 10 asaltos que duró la contienda.
Anderson dominó prácticamente de principio a fin las acciones, y a excepción del último asalto cuando Merhy quiso oponer resistencia en los primeros minutos, fue “amó y señor” del cuadrilátero.
Aún así, su actuación no gustó. La pelea fue de un solo lado, aburrida porque el norteamericano peleó sólo, no tuvo rival.
Anderson, de apenas 24 años, que extendió su invicto a 17-0, con 15 nocauts y de paso retuvo su título norteamericano de los pesados que ostenta desde el 2021, necesitaba un triunfo contundente y aplastante.
Sin embargo, la realidad es que quedó a deber. No lució como se esperaba y esto, por el momento, impide que se pueda enfrentar a un peso pesado de primer nivel, en aras de poder lograr una oportunidad mundialista.Así las cosas, lo más lógico es suponer que deberá seguir esperando, madurando para poder lograr una pelea grande.Hay que darle tiempo.