En un caótico y controvertido martes, en un día en que los Mellizos necesitaban una sacudida luego de que tanto el relevista Tyler Duffey como el manager Rocco Baldelli fueron expulsados del juego luego de que Duffey lanzara detrás del novato de los Medias Blancas Yermín Mercedes en el séptimo, apareció el bate de Miguel Sanó.
Sanó, que nuevamente tuvo un comienzo apagado borró un déficit de cuatro carreras con el primer juego de tres jonrones de su carrera, llevando a los Mellizos hasta el final antes de que Jorge Polanco terminara el trabajo con un sencillo en la victoria 5-4 en Target Field.
El lunes Yermín Mercedes pegó un jonrón en conteo de 3-0 y el partido de un solo lado a favor de losa White Sox, incomodando a los Mellizos, que consideraron una burla del novato hacer swing ente un jugador de posición que se encontraba lanzando.
La revancha llegó el martes cuando el relevista Duffey lanzó a pegarle a Mercedes, que logró evitar una recta entre sus piernas, lo que motivó a los árbitros a reunirse y enviar a las duchas al lanzador infractor y luego el dirigente de los Twins, cuando salió a protestar, tras haber dado la orden de tumbar al dominicano.
“La regla no escrita del béisbol” dicen que Mercedes fue imprudente al hacer swing con 3-0 ganando por un partido con una cómoda ventaja, recibió reprimendas de su manager y numerosas críticas.
Pero las reglas escritas del béisbol dicen que, si envías a golpear a un pelotero arriesgando su carrera, tienes una sanción y eso se ganó Baldelli y no dudo que disciplina del MLB aplique alguna sanción a los Mellizos por su acción.
De manera que los tres cuadrangulares de Sanó, fueron como un baño de agua fresca para los acalorados gemelos.