CIUDAD DE MÉXICO (AP) – La liga de fútbol de primera división de México suspendió todos los partidos programados para el domingo tras una enorme trifulca entre aficionados durante el partido de la víspera entre el anfitrión Querétaro y el Atlas de Guadalajara, actual campeón de la liga.
“Lamentamos y condenamos estos hechos, que van en contra del espíritu de nuestro fútbol”, dijo la Federación Mexicana de Fútbol en un comunicado. La suspensión afectó a tres partidos programados para el domingo.
El partido del sábado se suspendió en el minuto 62 después de que se produjeran múltiples peleas en las gradas. El personal de seguridad abrió las puertas del campo para que los aficionados, incluidos mujeres y niños, pudieran escapar de las gradas.
Las autoridades del estado de Querétaro dijeron que 23 personas permanecían hospitalizadas. Diez estaban en estado grave y otros tres en estado crítico con lesiones muy graves.
Es posible que se trate de los tres hombres a los que se vio inconscientes o muy golpeados en el suelo, recibiendo repetidas patadas y golpes en los vídeos publicados en las redes sociales.
La FIFA, el organismo rector del fútbol internacional, dijo en un comunicado que estaba “conmocionada por el trágico incidente que tuvo lugar en el estadio La Corregidora de la ciudad de Querétaro durante el partido entre el Querétaro y el Atlas”. Calificó la violencia de “inaceptable e intolerable”.
“La FIFA se une a la Federación Mexicana de Fútbol y a la Concacaf (la federación norteamericana de fútbol) para condenar este bárbaro incidente y animar a las autoridades locales a hacer justicia rápidamente a los responsables. Nuestros pensamientos están con todos los que sufrieron sus consecuencias”, dice el comunicado.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, dijo el domingo: “Lo ocurrido ayer me llena de dolor, de vergüenza y de mucha rabia. No tengo palabras lo suficientemente fuertes para condenar la violencia, el abuso y la insensatez de lo ocurrido ayer.”
Después de que se desató la melé, los jugadores del Atlas visitante huyeron rápidamente a los vestuarios, al igual que algunos del lado del Querétaro. Otros jugadores del Querétaro, incluido el portero uruguayo Washington Aguerre, se quedaron cerca del banquillo tratando de calmar a los aficionados.
Tras varios minutos, algunas de las peleas se trasladaron al campo, donde continuaron los puñetazos y las patadas. Algunos iban armados con sillas y barras de metal.
Se pudo ver a un aficionado sacar un cuchillo para cortar las redes de una portería. Otros destrozaron el banquillo de un equipo y algunos se pelearon en el túnel de acceso al campo.
“El día más oscuro para el fútbol mexicano”, titulaba en portada el diario mexicano El Universal el domingo.
De hecho, la violencia entre bandas de aficionados al fútbol rivales es habitual en los estadios de México.
Guadalajara es la capital del estado de Jalisco, y el Atlas también ha tenido problemas recientemente con la violencia entre sus aficionados. El año pasado, en el “clásico” con el rival de la ciudad, las Chivas, hubo una pelea en las gradas.