Hay voces que trascienden más allá del micrófono, que se convierten en el eco inconfundible de una pasión compartida. La cabina de transmisión del Estadio Cibao, hogar sonoro de tantas emociones deportivas, ha sido bautizada con el nombre de Don Mendy López, la excelsa figura de la narración deportiva dominicana.
Es un homenaje que no solo celebra su trayectoria, sino que perpetúa su esencia en cada rincón donde el béisbol se vive y se siente.
La designación de “Cabina Mendy López” no es un gesto cualquiera; es un reconocimiento ganado a pulso con décadas de calidad, eficiencia y, sobre todo, una inagotable pasión por el béisbol.
Sus frases, esas que nos hacen vibrar, han quedado grabadas en la memoria de todos: los “strikes son lindos”, los jonrones “se van profundo”, y esa descriptiva narrativa que transforma un simple toque , corto para el tercera base , lejos del pitcher, el toque de Bullo, se convierten en un momento digno de una crónica.
Mendy en su desacuerdo con los árbitros se conoce con esta frease “No fue adentro, ni fuera, pero el árbitro cantó: ¡Bola!”.
La ceremonia efectuada previo al partido Aguilas-Licey el pasado jueves, estuvo cargada de emociones, con familiares y amigos destacando el impacto de Don Mendy, no solo como narrador, sino como ser humano.
La ovación de los fanáticos y los mensajes emotivos proyectados en la pantalla gigante del estadio no solo hablaron de su profesionalismo, sino de su capacidad para conectar con las emociones de millones de personas.
Y así, mientras la placa con su nombre , entregada por Víctor García Sued , se alzaba en lo alto, se consolidó su lugar como un ícono no solo para las Águilas Cibaeñas, sino para la comunicación decente y el deporte dominicano.
Porque, al final, su voz no pertenece a un espacio ni a un momento; pertenece al béisbol, a su gente y al país.