SANTIAGO.- Con un montón de hazañas que lleva en su cabeza y el estrago en su anatomía de dos pelotazos que provocaron lesiones permanentes, la polivalente atleta Lupe Álvarez, espera que algún día se valoren sus méritos y sea exaltada a la inmortalidad del deporte dominicano.
Se podrían utilizar muchos superlativos para definir la carrera deportiva de la atleta nativa de La Joya, en la parte baja de la ciudad de Santiago de los Caballeros y que es cuna de grandes luminarias.
Lupe fue inmensa en el softbol donde coleccionó una gran cantidad de galardones como la mejor en las décadas de los 70 y 80, donde hizo un monopolio como la mejor jardinera central del país.
Su nombre se terminó de rubricar con letras doradas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago 86, cuando el país jugaba por la medalla de bronce en el softbol femenino.
El seleccionado tricolor estuvo a un paso de perder la medalla del tercer lugar, cuando apareció un potente y certero disparo desde el jardín central, salido de la mano de Lupe Álvarez, que eliminó a la corredores contraria en el plato.
No solamente fue la mejor jardinera central del equipo Todos Estrellas, sino que se apoderó del campeonato de bateo del exigente torneo que reunió los mejores países del área.
La inigualable jardinera central fue dueña de esa posición en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de 1974, 78, 82 y 86, que se celebraron en la ciudad donde nació.
La Álvarez también jugó voleibol y no era segunda de nadie en esa disciplina de la malla alta y el balón, donde tuvo sobresalientes actuaciones.
Fue selección nacional tanto en el softbol como en voleibol, lo que reconocieron los cronistas deportivos de la época, eligiéndola la mejor atleta en varias ocasiones.
Su grandeza se agigantó cuando Lupe decidió irse a la disciplina de atletismo, siendo exitosa en el tiro de jabalina y tiro con disco.
Como tenía un brazo potente, cuando las lanzadoras de su equipo se metían en problemas, ella escalaba el box y sofocaba cualquier rebelión.
Después de recorrer varios países defendiendo la enseña tricolor, Lupe Álvarez sufrió una fractura en un tobillo en plena acción, de la cual todavía se reciente cuando hace esfuerzos.
El liderazgo la llevó a ser manager de un equipo de softbol de Santiago, que asistió a un evento internacional en Puerto Rico y de allá trajo la medalla de oro y la satisfacción de ver como las jugadoras la respetaban.
Rodeada de los recuerdos que tienen como testigos a decenas de medallas, placas y trofeos, Lupe Álvarez espera por su merecida exaltación, la cual espera llegue en un momento que la pueda disfrutar.
Pie de foto
Lupe Álvarez