La grandeza del fútbol ha quedado demostrada, por si alguien lo había olvidado, en una de las finales soñadas al principio de este Mundial de Fútbol “Qatar 2022”. Un torneo histórico por muchos motivos –no todos positivos-, pero de esos otros hablaremos en otra ocasión.
Ciñéndonos al ámbito estrictamente futbolístico, se puede afirmar que fue una Final brillante en la que hubo todo tipo de ingredientes de calidad y me permito señalar algunos:
1. PRIMERA PARTE: El duelo Mbappe-Messi tuvo un claro ganador, pero eso no quiere decir que el perdedor fuese aplastado, sino que fue como un choque galáctico en el que ambos astros brillaron en momentos diferentes. La primera parte fue argentina y “messiánica”, fue un dominio apabullante de principio a fin en todas las líneas y facetas del juego. Seguridad en defensa, orden táctico, concentración… y ayudó mucho el hecho de adelantarse por un penalti justamente señalado por el árbitro porque, a partir de ahí, los contraataques argentinos se percibían muy peligrosos… y en uno de esos llegó el 2-0 anotado por Di Maria.
2. SEGUNDA PARTE: La segunda parte iniciaba con la inercia de la primera, pero las imprecisiones de la defensa argentina combinada con el empuje francés provocaron el recorte de diferencias y, casi sin tiempo para digerir ese gol llegaba el empate con la prórroga en el horizonte. La fortaleza física y, sobre todo, la mental, adquirían en ese momento una importancia enorme. Mbappe había marcado dos goles en un minuto… y se llegó a la temida prórroga donde se intentaría evitar la más temida aún tanda de penaltis
3. PRÓRROGA: La prórroga fue intensa, emocionante, hubo tiempo de sentirse ganadores y perdedores en ambos bandos porque cuando Messi marcó en el minuto 109 parecía que iba a ser definitivo… pero cuando dos aspirantes al trono y compañeros en el PSG se enfrentan, nada es definitivo hasta el pitido final. Efectivamente, transcurría el minuto 118 cuando Mbappe anotaba el 3-3, que sería definitivo y que abocaba a ambas escuadras a la fatídica tanda de penaltis.
4. TANDA DE PENALTIS: Máxima tensión, emoción… y ambas selecciones a por todas como quedó demostrado al ser Messi y Mbappe los encargados de abrir sus respectivas tandas de lanzamiento que, como no podía ser de otra manera, anotaron. Las divergencias empezaron en los posteriores lanzamientos donde los franceses erraron dos lanzamientos consecutivos… y hasta ahí llegó la indulgencia argentina.
5. CONCLUSIÓN: Hacía mucho tiempo que la Final de una Copa del Mundo no atesoraba tantos goles -6- y tanta calidad, algunos dicen que hay que remontarse a la Final del Mundial de México 86 para ver un espectáculo futbolístico semejante. Pero más histórico aún que dos estrellas como Mbappe y Messi hayan coincidido en la Final de un Mundial, cada uno de ellos con sus particulares virtudes y confieso que me parecía que Messi merecía despedirse de los Mundiales de Fútbol por la puerta grande, a Mbappe le queda toda una vida futbolística por delante.
Messi es el nuevo Rey.
Escrito por : Laureano de la Cruz
@lauredelacruz