EFE
La reconocida arquitecta iraquí Zaha Hadid dejó entre su legado una espectacular pista de atletismo urbana. Está el barrio londinense de Brixton, bohemio, moderno y multicultural. EFE viaja a este oasis del deporte en la ciudad que no duerme.
En su corazón, alberga la Evelyn Grace Academy, un edificio de curvas en forma de Z, de mezcla de estilos e inspiraciones y una obra de arte que supuso la primera construcción de Hadid en la capital. Una creación a la altura de lo hipnótico del barrio, una escuela en la que se fusionara la independencia y la unidad.
El elemento más sorprendente de esta escuela, que atesora alumnos de entre once y dieciséis años, es la espectacular pista de atletismo que se encuentra en las faldas del edificio.
100 metros de color naranja con cinco calles, cuyo atractivo reside en que se encuentra completamente mimetizada con el resto de la construcción. No es, en este caso, una pista que se encuentre en una zona deportiva o alejada de la escuela. Cuando al estudio de arquitectura se le pidió que “pensaran en algo novedoso”, aprovecharon la escasez del espacio para que la escuela fuera un uno.
Así, la pista de atletismo funciona casi como alfombra entre uno de los edificios de aulas y una pequeña plaza con bancos y árboles. Lejos de quedar reservada la pista para grandes eventos y entrenamientos, las carreras entre los propios alumnos se suceden en ella. Sus calles llevan desde una punta a otra de la escuela y la línea de meta es lo primero que recibe la visitante en la entrada. Incluso la letra cursiva con la que se plasma el “Evelyn Grace Academy” de la puerta principal intenta mostrar la velocidad y el dinamismo del centro educativo.
El deporte es, por lo tanto, uno de los grandes reclamos de esta escuela, que también cuenta con un campo de césped artificial, dos campos de juegos multiusos, un gimnasio, mesas de tenis de mesa, cuatro pistas de baloncesto ‘indoor’ y un salón de baile.La idea de transparencia que intentó plasmar la firma de Hadid se transporta a través de las cristaleras que decoran la fachada principal, siendo la luz uno de los elementos indispensables en las clases.
“Es muy significativo que nuestro primer proyecto en Londres sea esta escuela, porque los colegios son los primeros ejemplos de arquitectura que cada persona experimenta y tiene un impacto muy grande en los niños mientras crecen”, aseguró Hadid, fallecida en 2016, cuando se inauguró la escuela en 2008.
Los fondos para financiar la obra proceden del ministerio de educación, de ARK, una asociación benéfica dirigida a la educación de los niños, y de algunos mecenas, como el caso de David Gorton, que aportó 2 millones de libras al proyecto, de los 38 que costó en total, y eligió a Hadid como arquitecta del mismo.El edificio ha recibido varios premios a lo largo de los años, el más importante el RIBA Stirling de 2011, entregado por la Academia Británica de Arquitectos. Entre los ganadores de este premio destaca la estación de trenes de Waterloo, en Londres, el campo de cricket de Lord’s, también situado en la capital británica, y la Escuela de Música de Stuttgart, Alemania.
Manuel Sánchez Gómez