SANTIAGO.- A finales de la década de los 80, un grupo de talentosos jugadores llegó a las Águilas Cibaeñas con la noble misión de recoger el bastón de la mística aguilucha y elevarla al pináculo. No solo cumplieron con esa encomienda.
Las Águilas se erigieron como el equipo supremo del béisbol dominicano a lo largo de 16 temporadas, conquistando ocho títulos de campeonato.
La Federación Nacional de Peloteros Profesionales (FENAPREPO) orquestó un cálido homenaje y rindió tributo el pasado domingo a aquellos jugadores que se transformaron en leyendas durante la época dorada de las Águilas Cibaeñas. El emotivo acto incluyó un reconocimiento póstumo a José Lima.
Llamados en orden alfabético por Kevin Cabral, la destacada generación de glorias aguiluchas de finales de los 80 y toda la de los 90 que dominaron la LIDOM, pisaron el montículo de lanzamiento, siendo Miguel Tejada el más aclamado.
Alexis Gómez, Jesús Peña, Robinson Pérez Checo, Ramoncito Pérez Williams Castro, José Cabrera, Joaquín Benoit, Miguel Batista, Santiago Ramírez, Dionys César, Claudio Vargas, Víctor Omar Ramírez, Ángel Castro, Félix Martínez y Apolinar García, respondieron al llamado como si fuera un conjuro.
Posteriormente, hicieron lo propio Arnaldo Muñoz, Héctor Luna, Rafael Fúrcal, Guillermo García, Edwin Encarnación, Fernando Hernández, Arturo Peña, Mendy López, Alberto Castillo, Tony Batista, Stanley Javier, Julián Tavarez, Tony Peña, Miguel Tejada, Miguel Diloné, Winston Llenas, Mayobanex Fernández y José García.
Finalmente, con todos reunidos en el montículo, se llevó a cabo un homenaje póstumo al difunto José Lima, proyectando momentos destacados de su carrera beisbolista.
El Rey del Hit, Luis Polonia, uno de los miembros más populares y carismáticos del grupo, estuvo ausente, a pesar de los insistentes llamados del público. Polonia, durante el partido, compartió un mensaje en redes sociales explicando su ausencia, atribuyéndola a compromisos laborales en Santo Domingo.
El reconocimiento se llevó a cabo al cierre de la segunda entrada, con los aplausos resonando en el público presente. Cada leyenda de las Águilas Cibaeñas desfiló por el infield del Estadio Cibao, aclamada por una ferviente afición.