El tercer combate entre el inglés Tyson Fury y el norteamericano Deontay Wilder resultó, tal y como se esperaba, una guerra, un combate dramático y espectacular de principio a fin.
El duelo, celebrado el pasado sábado en el T-Mobile Arena, de Las Vegas, Nevada, y en el que estuvo en juego el campeonato mundial de los pesados versión Consejo Mundial de Boxeo –CMB-en poder de Fury, permitió que la trilogía entre ambos boxeadores pasara a la historia como una de las mejores.
Fury, quien salió como favorito, hizo valer esta condición y triunfó por nocaut en el asalto número 11, no sin antes pasar serios apuros frente a un Wilder que subió decidido a vengar la que, hasta ese momento, era su única derrota en su largo historial, y a darlo todo en pos de la victoria.
Fue, sin lugar a dudas, un duelo en donde no hubo tregua, sin desperdicio, en el cual los dos cayeron a la lona y en total se produjeron cinco caídas (tres Wilder y dos Fury).
El primero en caer fue Wilder, cuando en el tercer asalto, se fue a la lona con una derecha de Fury, quien lo puso en malas condiciones, aunque no pudo rematarlo por el sonido de la campana.
En ese momento, se entendió que el combate terminaría temprano y que se repetiría la historia del segundo encuentro entre ambos, celebrado en febrero del año pasado, cuando el inglés noqueó al estadounidense en siete vueltas.
Sin embargo, no fue así, al asalto siguiente, el cuarto, Wilder vino revitalizado y, ante la sorpresa de los espectadores, tumbó dos veces a Fury –con dos sólidas derechas-y lo puso al borde del nocaut, quien también fue salvado por la campana.
A partir de ahí, en un esfuerzo sobrehumano, Wilder se mantuvo batallando de manera ardua, no sólo contra Fury, sino contra el cansancio que lo hizo presa desde el tercer round y en este contexto, hay que aclarar, que lo que motivó ese agotamiento, fue básicamente la táctica del inglés en hacer recaer su peso -277 libras- de manera constante en el cuerpo de Wilder, cuando ambos se abrazaban.
Esta estrategia –que es ilegal, aunque el referí nunca lo penalizó por eso-, fue fatal para Wilder y le dio buenos beneficios a Fury, quien lució mucho más fresco y fuerte durante la mayor parte de la pelea que su rival. Wilder, en por lo menos cuatro o cinco asaltos, se mantuvo peleando en base a puro corazón, orgullo y coraje, pues lucía demasiado agotado, pero se resistía a ser derrotado, en un pleito que, por algunos instantes, pareció que estaba para cualquiera de los dos, en razón de que Fury también recibió castigo, pero supo siempre asimilar mejor los golpes, además de tener mayor capacidad de recuperación.
El final llegó al minuto y 52 del penúltimo round, cuando Fury logró conectar una sólida derecha a un ya maltrecho y agotado Wilder quien se fue a la lona como tocado por un rayo por toda la cuenta, para así el británico lograr retener la corona, en la que probablemente sea una segura candidata a Pelea del Año.
Con este resultado, Fury ratifica ser el mejor peso completo del planeta, aun cuando el ucraniano Olexandr Usyck, quien recién venció sorpresivamente al inglés Anthony Joshua, tenga en su poder tres cetros de la división (Asociaciòn Mundial de Boxeo, Federaciòn Internacional y Organizaciòn Mundial de Boxeo).
Fury extendió su marca a 31-0-1, con 22 nocauts y parece que podría ser campeón por mucho tiempo, a no ser que se produzca una sorpresa en sus venideras salidas.
. Wilder, por su parte, un excampeón del mundo que llegó a hacer siete defensas exitosas de la diadema, todas ganadas por nocaut, bajó su expediente a 42-2-1, con 41 por la vía rápida, Ahora tiene un futuro incierto. Lo primero y lo más importante, sería ver en qué condiciones de salud quedó después de este difícil choque. Le convendría tomar un largo descanso debido al fuerte castigo recibido y al esfuerzo desplegado en la contienda para luego replantear los pasos a seguir en su carrera.
Ahora bien, lo que sí es seguro es que se ganó el respeto del público y de la crítica, demostró un valor indomable y una extraordinaria vergüenza profesional. En otras palabras, vendió cara su derrota y su reputación, de ex rey universal de la división y de fuerte pegador, permaneció intacta. De ahí el que es muy posible que, en los días por venir, habrá de recibir tentadoras ofertas que lo harán regresar. Habría que ver, empero, si seguirá siendo el mismo después de esta batalla. Esa es la gran incógnita. Hay que seguir sus pasos. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: A propósito de Wilder, es oportuno decir que éste, antes de ganar el campeonato mundial de los pesados –lo conquistó el 17 de enero del 2015 al vencer por puntos al haitiano radicado en Canadá, Berman Stiverne- en su primer enfrentamiento, había propinado 32 nocauts en forma consecutiva. ¡Suena la campana!!Climmp!
Pie:
Tyson Fury, izquierda, y Deontay Wilder intercambian golpes durante su combate del pasado sábado. Foto fuente externa.