En la economía moderna del deporte, el tamaño de un contrato ya no es la única métrica que importa. En un escenario donde los impuestos pueden tragarse hasta la mitad de lo ganado, la verdadera jugada maestra está en la estructura del acuerdo. No basta con firmar por cientos de millones; hay que saber cómo cobrarlos.
Aquí analizamos tres contratos gigantes del béisbol —los de Vladimir Guerrero Jr., Shohei Ohtani y Juan Soto— desde la óptica del blindaje fiscal.
Porque sí, en esta liga también se juega con calculadora en mano.
La economía no es mi punto fuerte. Me ha llamado la atención el tema luego de ver el contrato de Vladimir Guerrero Jr. Y notar a ojo de periodista diferencias con las otras firmas grandes de los últimos dos años.
Inicio con : Vladimir Guerrero Jr.: mucho dinero, poco escudo
Guerrero Jr. firmó con los Blue Jays un acuerdo valuado en 500 millones de dólares por 14 años. A simple vista, un contrato histórico. Sin embargo, cuando se analiza con lupa, surgen las grietas fiscales. Aunque nació en Canadá, su nacionalidad es dominicana y su residencia fiscal probablemente esté en Estados Unidos. Pero aquí entra un término clave: los “duty days”. Este concepto obliga a tributar en Canadá por los días trabajados allí, lo que, jugando en Toronto, equivale a una exposición altísima.
Ontario aplica una de las tasas fiscales más elevadas del planeta, rondando el 53.5%. Y aunque el tratado de doble tributación Canadá-EE.UU. así como acuerdos bilaterales con República Dominicana, puede aliviar parte de esa carga mediante créditos fiscales, no hay señales de que su contrato haya sido diseñado con una estrategia fiscal sofisticada. No hay pagos diferidos ni maniobras evidentes de optimización.
Diagnóstico: Blindaje fiscal moderado a débil. El contrato es grande, sí, pero vulnerable en términos impositivos. Aquí el IRS y la CRA (agencia tributaria canadiense) podrían ser los verdaderos ganadores.
Shohei Ohtani : el contrato del siglo… fiscalmente hablando
El japonés Shohei Ohtani no solo firmó el contrato más lucrativo de la historia del deporte (700 millones por 10 años con los Dodgers), sino también uno de los más inteligentes en términos tributarios. De ese monto, solo cobrará 2 millones anuales durante el período activo; los otros 680 millones están diferidos y serán cobrados después de su retiro. ¿Por qué es esto brillante?
Primero, al recibir solo 2 millones anuales mientras está en California (un estado con un impuesto estatal de 13.3%), reduce drásticamente su exposición a ese tributo. Luego, al diferir el grueso de su salario, podrá mudarse a un estado sin impuesto sobre la renta —o incluso fuera de EE.UU.— y cobrar con una carga fiscal notablemente menor.
Además, su estructura reduce el impacto del impuesto de lujo sobre los Dodgers, lo que también les conviene como organización. En otras palabras, todos ganan… menos el fisco.
Diagnóstico: Blindaje fiscal muy fuerte. Ohtani y su equipo no solo firmaron un contrato histórico, sino también una obra maestra de ingeniería tributaria.
Juan Soto: el equilibrio entre liquidez y flexibilidad
Con los Mets, Juan Soto firmó un pacto que supera incluso al de Ohtani en valor total: 765 millones por 15 años. Aunque su contrato no recurre al diferimiento de pagos, sí presenta otras herramientas de protección.
Recibió un bono por firma de 75 millones, monto que puede estructurarse de manera eficiente desde el punto de vista fiscal, aprovechando vías más flexibles para su declaración. Además, el acuerdo incluye una cláusula de rescisión con escaladores, que le permitiría renegociar si las condiciones fiscales cambian en el futuro.
El dominicano también estableció residencia en La Florida, un estado sin impuesto estatal, lo que aliviaría su carga impositiva. Sin embargo, al recibir pagos íntegros desde el inicio, queda más expuesto a los impuestos federales y estatales que Ohtani.
Diagnóstico: Blindaje fiscal fuerte pero menos sofisticado. Soto no juega al largo plazo con los impuestos como Ohtani, pero tampoco entra tan descubierto como Guerrero Jr. Su enfoque apunta más a la flexibilidad inmediata y al control del flujo de caja.
En conclusión, en este juego de contratos multimillonarios, lo que se firma en el papel es tan importante como lo que se paga y cómo se paga. Ohtani lidera con una estrategia fiscal de otro nivel; Soto se defiende con recursos sólidos y flexibles; mientras Guerrero Jr. se lleva el contrato más tradicional… y también el más expuesto. Porque en el béisbol moderno, el verdadero home run se conecta con un buen contador al lado.
Créditos:
Para presentar estos datos he usado como fuete las agencias de impuesto de Estados Unidos, Canadá y numerosos artículos de MLB, ESPN, y agencias internacionales de prensa que han difundido sobre el tema.