Este sábado, en Riad, Arabia Saudita, el norteamericano Deontay Wilder se jugará su última carta.
El estadounidense se enfrentará al gigante chino Zhilei Zhang en una contienda a 12 asaltos que será la estelar de una atractiva velada.
Wilder, de 38 años, es un excampeón del mundo que en sus últimos combates ha dejado en evidencia que ya no es el mismo peleador que logró 41 nocauts en sus primeras 42 victorias sin conocer la derrota.
Sin embargo, después de enfrentar al inglés Tyson Fury en tres ocasiones, combates en los que perdió dos por nocaut y empató uno, su aureola de invencibilidad sufrió un duro golpe.
De hecho, de sus más recientes cuatro peleas, ha perdido tres, la más reciente de ellas ante el neozelandés Joseph Parker, quien le ganó por clara y amplia decisión unánime en diciembre pasado, en una contienda en la que Wilder decepcionó.
Si la versión de Wilder que se presentó ante Parker es la misma que se presentará ante Zhang, no hay duda de que el asiático se llevará la victoria por cualquier vía.
Wilder está consciente de que para él no hay mañana. Necesita con urgencia un triunfo ante Zhang para poder seguir adelante con su carrera, razón por la cual se supone que subirá en óptimas condiciones a este compromiso.
Frente a Zhang, Wilder buscará reivindicarse y mantenerse en la élite de los pesos completos para, posteriormente, tratar de conseguir una oportunidad titular que le permita recuperar la corona.
Inclusive, el norteamericano, quien actualmente posee un palmarés de 43-3-1, tiene en agenda una contienda para el 3 de agosto para enfrentar a su compatriota, el prospecto e invicto Jared Anderson, quien exhibe marca de 17-0, con 15 por la vía rápida.
De ahí la obligación que tiene de ganar ante Zhang, para lo cual cuenta a su favor con más velocidad y movilidad que su rival, además de su poderosa pegada, muy en especial con su mano derecha, una de las más temibles en la división de los pesados en los últimos tiempos.
Para el zurdo Zhang tampoco hay mañana. Con 41 años de edad, viene de perder su última pelea ante el propio Parker por decisión mayoritaria, pese a que tumbó dos veces a su rival en esa contienda.
Zhang es un buen peleador, aunque probablemente su mayor debilidad es su lentitud. Es un púgil de escasa movilidad, muy estático en el ring. Su defensa es limitada, y esa condición podría convertirlo en un blanco fácil para un Wilder mucho más veloz, con precisión en su golpeo y potencia.
Sin embargo, Zhang, al igual que Wilder, es un fuerte pegador, como lo demuestra el hecho de que exhibe 21 nocauts en las 26 victorias que tiene, con apenas dos derrotas, ambas muy cerradas por decisión.
Zhang, un excampeón interino de los pesados y ganador de la medalla de plata olímpica en 2008, es un boxeador más fuerte que Wilder, con mayor capacidad asimilativa y muy peligroso, especialmente con su mano izquierda, con la cual ha logrado muchos de sus triunfos por la vía del nocaut.
Así las cosas, se prevé un pleito de gran intensidad, en el que el nocaut estará rondando durante toda la noche. La velocidad y movilidad de Wilder se enfrentarán a la fortaleza y persistencia de Zhilei Zhang. Ambos tienen poder para noquear, pero la mayor posibilidad del nocaut está del lado de Zhang, quien sale estrechamente favorito.
Para que lo aprendas o lo recuerdes:
A propósito de Wilder, es oportuno decir que fue monarca universal de los pesados entre 2015 y 2020, reconocido por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), título del cual hizo 10 defensas exitosas. ¡Suena la campana! ¡Cling!
Pies de fotos:
Deontay Wilder
Zhilei Zhang.
Foto fuente externa.