En una sorpresiva y significativa acción, seis prominentes miembros del Comité Olímpico Dominicano (COD) presentaron sus renuncias el martes, planteando la posibilidad de convocar nuevas elecciones del comité ejecutivo.
Han renunciado José Manuel Ramos, primer vicepresidente; Irina Pérez, segunda vicepresidenta; Radhamés Tavárez, tercer vicepresidente; Jorge Blas Díaz, co-secretario; y los vocales Francis Soto y Juan Núñez. Permanecen en el ejecutivo el presidente Garibaldi Bautista, el secretario general Luis Chanlatte, el tesorero José Antonio Mera, el co-tesorero José Miguel Robiou y la segunda vocal, Dulce María Piña.
La crisis surge en el año en que el COD debe preparar la delegación para los Juegos Olímpicos de París 2024, con más de 30 atletas dominicanos ya clasificados y otros en preparación para eventos clasificatorios.
Las diferencias internas han salido del estricto seno de la organización cabecera del deporte nacional, dejando muy en tela de juicio las capacidades de liderazgo del grupo para llevar a navegar un organismo vital para el desarrollo del deporte dominicano.
¿Quién o quiénes son los culpables?
Es imposible señalar culpables entre los incapaces de resolver conflictos, los aprovechadores de situaciones y los manipuladores. Se ha perdido el rumbo hace tiempo, y la crisis es como un cáncer que ha afectado el cuerpo del COD, con graves consecuencias.
Tras entregar la carta de renuncia, Ramos instó a Luis Mejía, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) de República Dominicana, a hacer cumplir los estatutos que él mismo aprobó, sugiriendo la aplicación del artículo 43 sobre la “Sustitución de los Miembros del Comité Ejecutivo”.
La incertidumbre sobre si los estatutos permiten exigir esto tras renunciar deja al COD en posición de posible intervención, un tema que no abordaré.
La adopción de una solución rápida también generará controversias. Llamar a elecciones, nombrar un comité de notables, buscar el diálogo o crear un ejecutivo transitorio para los Juegos Olímpicos son opciones que se discutirán.
Ninguna es recomendable. La opción más razonable es aceptar las renuncias, todas voluntarias, y proceder estatutariamente de manera directa. Es hora de reorientar el rumbo, conscientes de que el COD no pertenece a un individuo, un grupo o un partido político.
Es la institución deportiva más prestigiosa del deporte dominicano, forjada bajo la bandera del sacrificio, de miles de dirigentes, para que hoy nuestros atletas e instituciones deportivas tengan respeto internacional. Eso no es negociable.
La crisis es sin precedentes desde la caída de la tiranía trujillista y el fortalecimiento del COD en los años 70, cuando el país fue sede de los XII juegos y se organizó la “Pirámide Olímpica.
HARE UN POCO DE HISTORIA PARA LOS MAS JOVENES
El movimiento tuvo su inicio a partir de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1974, surgiendo el liderazgo de Roque Napoleón Muñoz, que sustituyó a Wiche García Saleta, en su periodo organizó la “Pirámide Olímpica”. Esta estructura se construyó desde la base del movimiento, los atletas, los clubes, las asociaciones y federaciones, hasta el Ejecutivo del COD.
Polón Muñoz dirigió el COD ocho años y dio paso luego en 1982 al doctor José Joaquín Puello, que dirigió hasta el 2006. El Economista y comunicador Luis Mejía Oviedo (Luisin), dirigió el COD 2006-2021, terminando con una salida salomónica al cubrir solo la mitad del periodo final, dejando la segunda parte, por un acuerdo, al Lic. Antonio Acosta Corletto.
Acosta Corletto intentó continuar al frente al COD siendo derrotado en el proceso electoral el año pasado por un voto, resultando ganador el actual presidente, ingeniero Garibaldi Bautista.
Eso acentuó la crisis y desde entonces, el deporte se ha dividido en dos facciones en el nivel más alto de la dirigencia.