SANTIAGO.- Sin reservas, entregando cada gota de sudor y desplegando una entrega absoluta en el campo de juego, así culminó Christopher Morel su última actuación de la temporada con las Águilas Cibaeñas.
Morel no solo dejó una impresión imborrable en los corazones de los aficionados, sino que también demostró su dedicación absoluta al vestir el distintivo uniforme amarillo durante los 24 emocionantes enfrentamientos en los que participó. A sus 24 años, su disposición para desempeñarse en la posición que el manager requería habla de un profesionalismo admirable.
En una hazaña memorable, Morel protagonizó una atrapada histórica mientras jugaba en la tercera base. Se desplazó hacia las profundidades del jardín izquierdo para atrapar, de manera espectacular y de espaldas, una pelota que no solo salvó el juego, sino que también elevó la ferviente pasión de las Águilas.
El estilo de juego de Morel es una delicia para los aficionados: buscando llegar a las bases cuando está en el plato, corriendo como un relámpago por las almohadillas y persiguiendo cada bola en el terreno de juego, todo acompañado de una sonrisa contagiosa que refleja su amor por el juego.
A pesar de ser un codiciado jugador de los Cachorros de Chicago, Morel siempre busca el permiso para llevar consigo el número 95, rindiendo homenaje a las Águilas Cibaeñas.
En los 24 juegos con las Águilas, Morel consumió 85 turnos, conectó 18hits, incluyendo 3 jonrones, remolcó 12 carreras, anotó 16 veces, realizó 5 robos en 6 intentos y negoció 16 boletos.
EN LA GRANDES LIGAS
Con los Cachorros de Chicago este año, Christopher Morel dejó su huella en 107 juegos, agotando 388 turnos y conectando 96 hits, alcanzando un respetable promedio de bateo de .241.
Exhibió su poder con 26 jonrones, 3 triples, 17 dobles, 70 carreras impulsadas, 62 anotadas, 6 bases robadas, 36 transferencias y 70 ponches. Su OBP fue de .313 y su OPS de .821.
En estas dos campañas con los Cachorros, suma un total de 747 visitas al plato, 185 imparables para un promedio de .241, registrando 42 cuadrangulares, 117 impulsadas y 117 anotadas, además de 16 bases robadas.
Un atributo adicional que destaca a Morel es su brazo de cañón, uno de los más fuertes en todo el béisbol. Su lucha incansable por destacar en cada aspecto del juego ha dejado una marca imborrable, y su fervor por la clasificación es un testimonio de su compromiso excepcional con el deporte.