El 27 de agosto de 1997, Miguel Tejada debutó en MLB con los Atléticos de Oakland. A partir de ahí, su carrera fue un ejemplo de excelencia, compromiso y durabilidad. Durante 16 temporadas, Tejada acumuló 2,407 hits, 307 jonrones y 1,302 carreras impulsadas, con un promedio de bateo de .285.
Temporadas Icónicas:
- 2002, el año del MVP: Liderando a los Atléticos a una histórica racha de 20 victorias consecutivas, Tejada bateó para .308 con 204 hits, 34 jonrones y 131 impulsadas. Su combinación de poder y oportunidad lo hizo merecedor del premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
- 2004, una máquina de impulsadas: Ya con los Orioles de Baltimore, registró 150 carreras impulsadas, liderando la Liga Americana y reafirmando su posición como uno de los mejores bateadores de su generación.
Además de su talento ofensivo, Tejada fue reconocido por su durabilidad. Entre 2001 y 2006, disputó todos los 162 partidos de cada temporada, reflejando su compromiso y fortaleza física. Este récord de consistencia lo posiciona como uno de los peloteros más confiables de la era moderna.
Logros Destacados:
- 6 participaciones en el Juego de Estrellas.
- 2 Bates de Plata.
- Campeón del Derby de Jonrones.
- MVP del Juego de Estrellas 2005.
Tejada se destacó en múltiples posiciones defensivas, comenzando como un shortstop de élite antes de desempeñarse como tercera base en los últimos años de su carrera. Su ética de trabajo y liderazgo dentro del clubhouse lo hicieron un referente no solo para sus equipos, sino también para las nuevas generaciones de peloteros dominicanos.
Un legado para el béisbol dominicano y mundial
Miguel Tejada es mucho más que un pelotero con números impresionantes; es un símbolo de perseverancia y amor por el juego. En LIDOM, se convirtió en el rostro de las Águilas Cibaeñas, llevando al equipo a la cima en múltiples ocasiones. En MLB, su trayectoria consolidó a República Dominicana como una potencia exportadora de talento.
El impacto de Tejada sigue vivo, no solo en las estadísticas, sino en las historias que inspira en fanáticos y jugadores. Su nombre perdura como sinónimo de excelencia, dejando un estándar que pocos han logrado alcanzar.