Alfredo Griffin, con una altura de 5 pies 11 pulgadas y un peso de 160 libras, no parecía el típico hombre de hierro del béisbol. Sin embargo, su durabilidad como campocorto lo situó entre los más destacados en la historia del béisbol, a la par con figuras como Cal Ripken Jr. Griffin se convirtió en un pionero para otros campocortos provenientes de San Pedro de Macorís, República Dominicana, incluyendo a Rafael Ramírez, Tony Fernández y Julio Franco. Su carrera lo llevó a ganar cuatro anillos de Serie Mundial, uno de ellos como entrenador.
Orígenes y Primeros Años
Nacido el 6 de octubre de 1957 en Santo Domingo y criado en San Pedro de Macorís, Griffin creció en una familia de clase trabajadora con seis hijos. En la década de 1950, el gobierno dominicano construyó estadios de béisbol en varias ciudades, incluido San Pedro, lo que fomentó la práctica del béisbol entre los jóvenes. Griffin, apasionado por el béisbol desde temprana edad, firmó con los Indios de Cleveland como agente libre en 1973, comenzando su carrera profesional a los 16 años.
Ascenso a las Grandes Ligas
Griffin debutó en las Grandes Ligas con los Indios de Cleveland a los 18 años, convirtiéndose en el jugador más joven en aparecer en un juego esa temporada. Aunque tuvo altibajos en sus primeras temporadas, su potencial como campocorto no pasó desapercibido. En 1978, fue canjeado a los Azulejos de Toronto, donde rápidamente se estableció como titular y ganó una parte del premio al Novato del Año en 1979.
Carrera con los Azulejos de Toronto
Durante sus años en Toronto, Griffin se destacó por su durabilidad y habilidades defensivas, aunque también fue líder en errores en varias temporadas. A pesar de esto, su desempeño en el campo y su capacidad para jugar todos los partidos lo convirtieron en un jugador valioso. En 1985, Griffin fue canjeado a los Atléticos de Oakland, donde ganó un Guante de Oro y continuó demostrando su valía.
Éxito en Oakland y los Dodgers
Griffin jugó 162 partidos en varias temporadas consecutivas, un testimonio de su resistencia y compromiso. En 1987, fue canjeado a los Dodgers de Los Ángeles, donde enfrentó desafíos pero también logró importantes éxitos. En 1988, los Dodgers ganaron la Serie Mundial con Griffin jugando un papel crucial en el campo.
Regreso a Toronto y Éxito Posterior
Después de su tiempo con los Dodgers, Griffin regresó a los Azulejos de Toronto, asumiendo un rol de veterano y ayudando al equipo a ganar la Serie Mundial en 1992 y 1993. Su presencia como mentor y jugador de cuadro de reserva fue invaluable para los Azulejos en esos años.
Carrera como Entrenador
Tras retirarse como jugador, Griffin continuó su carrera en el béisbol como entrenador. Se unió al cuerpo técnico de los Angelinos de Anaheim, donde contribuyó al éxito del equipo, incluyendo la victoria en la Serie Mundial de 2002.
Legado
En 18 temporadas en las Grandes Ligas, Griffin dejó una marca significativa con un promedio de bateo de .249, 192 bases robadas y 1,688 hits. Su durabilidad y amor por el juego lo destacaron entre sus contemporáneos. Griffin no solo fue un pionero para los campocortos dominicanos, sino también un modelo a seguir por su ética de trabajo y dedicación al béisbol.
Alfredo Griffin , en conclusión, es una figura emblemática en la historia del béisbol, cuyo impacto se siente tanto dentro como fuera del campo. Su trayectoria desde un joven dominicano en San Pedro de Macorís hasta un veterano ganador de múltiples Series Mundiales ejemplifica el poder de la perseverancia y la pasión por el deporte. Su legado continúa inspirando a futuras generaciones de jugadores.