PARÍS (AP) — Mientras Carlos Alcaraz comenzaba a construir su remontada en la final del Abierto de Francia el domingo, con una victoria de 6-3, 2-6, 5-7, 6-1, 6-2 sobre Alexander Zverev para lograr su primer campeonato en Roland Garros y su tercer título de Grand Slam en total, apareció el tipo de golpe mágico que el joven está convirtiendo en una parte habitual de su variado repertorio.
Fue una derecha ganadora, corriendo y luego deslizándose por la línea, inalcanzable, que Alcaraz celebró levantando el dedo índice derecho en señal de “Nº 1”, y luego lanzando un gancho al aire mientras gritaba: “¡Vamos!”
No, no está clasificado como número 1 en este momento — el hombre al que venció en las semifinales, Jannik Sinner, debutará en el primer puesto el lunes — pero Alcaraz ya ha estado allí antes y, aunque un “2” aparecerá junto a su nombre la próxima semana, no hay duda de que es tan bueno como se puede ser en el tenis masculino en este momento. Y más logrado que cualquier otro hombre a su edad.
Alcaraz es un joven de 21 años de España que creció corriendo a casa desde la escuela para ver en la televisión cómo su compatriota Rafael Nadal acumulaba título tras título en Roland Garros — un récord de 14 — y acaba de eclipsar a Nadal como el hombre más joven en ganar campeonatos importantes en tres superficies. Nadal tenía aproximadamente un año y medio más cuando lo logró.