SANTIAGO.- El ex receptor de las Águilas Cibaeñas, Rafael “Papi” Pérez, murió la madrugada de este domingo en el condado de Queens , en la ciudad de Nueva York, a la edad de 75 años, después de un duro batallar con la diabetes.
La información sobre el deceso Papi, fue confirmado por el cronista deportivo de nombre homónimo Rafael “Pappy” Pérez, quien fue su gran amigo y mantenían comunicación.
Pérez se comunicó con Alison Antonio Pérez, hijo del excatcher aguilucho, quien le confirmó el deceso de su padre, a las 5:00 de la madrugada del domingo.
El expelotero sufría de diabetes y el pasado mes de enero hubo que amputarle el pie derecho. Además de Allyson Antoniop a Papi le sobreviven su esposa Sarita González, sus hijos Rafael Antonio, Delma Dolores, María Carolina, Massiel Antonia e Isidro Arsenio Pérez,
Papi Pérez, nació en los Pepines, Santiago, irrumpió en la pelota amateur con el equipo Aurora, que dirigía Freddy Elmer Toribio.
En la pelota amateur, cuando se utilizaban bates de madera, Pérez se convirtió en el primer jugador en disparar cuatro cuadrangulares en una temporada en el estadio Cibao.
Esa exhibición de poder motivó que los Filis de Filadelfia ofrecieran un bono para el béisbol organizado de los Estados Unidos. En la pelota dominicana fue asignado a las Águilas Cibaeñas, donde militó varias campañas.
Nacido en el año 1949, Papi Pérez Jugó varios años en los equipos menores de los Filis de Filadelfia. Luego fue asignado a uno de los equipos de la Liga Mexicana de Béisbol, donde recibió un pelotazo en la cabeza que amainó su carrera.
También actuó en la Liga de Verano del Cibao, donde el veterano cronista deportivo Rubén de Lara recuerda “Jugando para Indios del Valle de La Liga de Verano del Cibao conectó dos cuadrangulares frente al equipo de Los Arroceros del Nordeste en la inauguración del Estadio de Beisbol de La Vega^-
Tras su retiro, Papi Pérez continuó activo en el softbol, donde era un temido bateador del equipo Sastrería Yaskara, de Isis Estrella.
Cuando Pappy Pérez fue Director de Deportes Municipal de 1978 hasta 1982, su tocayo de nombre, apodo y apellido estaba con é como monitor de béisbol.
Uno de los últimos deseos de Papi fue recibir un uniforme de las Águilas Cibaeñas y una réplica del anillo del campeonato conquistado en 2021. Aunque no pudo cumplirse por razones de viaje, ese gesto resume el profundo amor y orgullo que sentía por los colores amarillo y negro.
Hoy, su partida deja un vacío entre quienes lo conocieron como pelotero, amigo y hombre de carácter afable. Rafael “Papi” Pérez no solo fue un receptor, sino un símbolo de la pasión por el béisbol que define al santiaguero.
Que descanse en paz.