NUEVA YORK — Enrique “Kike” Hernández sigue brillando en otro otoño memorable.
Ocupando el último puesto en el orden ofensivo, el versátil jugador puertorriqueño conectó un jonrón de dos carreras en el sexto inning, y los Dodgers de Los Ángeles se apegaron a su plan para vencer contundentemente 8-0 a los Mets de Nueva York el miércoles, tomando ventaja de 2-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Hernández desapareció la bola por el jardín izquierdo-central con un splitter del relevista Reed Garrett, logrando su 15º jonrón en postemporada. Ese batazo, que amplió la ventaja de los Dodgers a 4-0, fue clave en su cuarta blanqueada en los últimos cinco partidos de playoff.
“Ese jonrón de Kike fue enorme… fue el hit más importante del juego”, resumió el mánager de los Dodgers, Dave Roberts.
A pesar de una rotación abridora afectada por las lesiones, Los Ángeles siguió su estrategia meticulosa: tomaron la delantera temprano, Walker Buehler entregó una sólida aunque breve actuación, y el bullpen impenetrable completó la faena sin permitir carreras.
Hernández, al recorrer las bases, agitó las manos en señal de celebración, silenciando a los aficionados rivales.
A sus 33 años, el boricua disputa su novena postemporada, ocho con los Dodgers y una con los Medias Rojas de Boston.
“Octubre, a lo largo de los años, ha sacado lo mejor de mí”, expresó Hernández, quien batea para .333 en esta postemporada, con seis carreras anotadas y tres impulsadas. “Cuando te va bien una y otra vez en octubre, empiezas a creértelo, y se convierte en parte de ti”.
Hernández inició los playoffs en la banca, pero la lesión del torpedero venezolano Miguel Rojas le dio más protagonismo. Fue el titular en el jardín central el miércoles.
Con 15 jonrones en solo 78 juegos de postemporada, Hernández se consolidó en el cuarto lugar entre los jugadores puertorriqueños, solo detrás de Bernie Williams (22), Carlos Correa (18) y Carlos Beltrán (16).
¿Cuál es su secreto en octubre?
Hernández lo atribuye a una combinación de suerte y su herencia boricua.
“Tiene que ver un poco con mi sangre, con ser puertorriqueño”, afirmó. “En Puerto Rico jugamos partidos intensos desde niños, con padres y madres del equipo contrario cantando canciones… Desde pequeños soñamos con estar en situaciones como esta, y con que las cosas nos salgan bien”.