Cristian Cruz ha sido seleccionado para la inmortalidad en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, consolidando su lugar entre los más grandes del voleibol dominicano. Este logro le permitirá compartir este honor con Pascualito Díaz, a quien se considera uno de los mejores colocadores en la historia de este deporte. La ceremonia de exaltación se llevará a cabo el 17 de noviembre, como parte del 58 Ceremonial de Exaltación.
Cruz fue escogido por su destacada carrera como jugador, habiendo sido pieza clave en la selección nacional de voleibol y en varios clubes locales. A nivel nacional, jugó durante 18 años, ganando 12 títulos con su club Bameso, en el Torneo de Voleibol Superior del Distrito Nacional, además de ser campeón con el Club José Martí en dos ocasiones. Fue parte esencial en 18 finales, de las cuales ganó 14, consolidándose como uno de los deportistas más exitosos de su disciplina.
Con la selección nacional, Cristian Cruz tuvo un papel importante en varios torneos internacionales, representando al país en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Maracaibo, El Salvador y Cartagena de Indias, así como en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003. Su experiencia internacional lo llevó a participar en torneos Norceca, destacándose como colocador titular en múltiples eventos, tanto juveniles como de mayores.
En su faceta como entrenador, Cristian Cruz ha demostrado ser tan exitoso como lo fue en su tiempo como jugador. Ha participado en 57 eventos internacionales de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), tanto como entrenador principal o asistente. Desde 2007 ha dirigido equipos en todas las categorías, desde juvenil hasta superior, y ha sido parte de múltiples logros importantes para el voleibol dominicano. Entre sus reconocimientos se incluyen el de mejor armador en la Copa Panamericana del 2006 y en los Juegos Centroamericanos de El Salvador 2002.
La elección de Cruz también pone de relieve la importancia de su formación bajo la tutela de Pascualito Díaz, con quien compartió cancha en el equipo Bameso. Esta relación mentor-alumno fue crucial para su desarrollo, y hoy en día ambos comparten un lugar privilegiado en el Pabellón de la Fama.
El legado de Cruz como jugador, entrenador y líder dentro del voleibol dominicano es indiscutible.