Por el campeonato del mundo…
Su impresionante victoria sobre el entonces bien cotizado, el norteamericano John Verderosa le valió su inclusión en el ranking mundial.
Poco tiempo después, y tras ocho victorias en forma consecutiva, la mayoría por nocaut, le llegó la oportunidad de disputar el campeonato mundial de las 140 libras .
La contienda se celebró en el Palazzo Dello Sport, en Italia, el 26 de abril de 1986, y su rival lo fue el estadounidense Gary Hilton, quien llegó con marca de 24-3-2.Cruz, con su habitual boxeo de alta velocidad y relampagueántes combinaciones pareció dominar a Hilton, pero los jueces vieron otra cosa y le dieron el triunfo por puntos al norteamericano, quien de paso conquistó el trono mundialista avalado por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), tras 15 asaltos de intensa batalla.
Tres triunfos más lo pusieron frente al excampeón mundial, el veterano jamaiquino Saoul Mamby, el 3 de diciembre de 1987. Cruz viajó a Jamaica, a la casa de Mamby, y la decisión le fue adversa en 10 disputadas vueltas.
Frente al “Macho” Camacho…
Su siguiente compromiso fue el 25 de junio de 1988, ante el tricampeón mundial en pesos diferentes –ligero junior, ligero y welter junior-, el excéntrico boricua Héctor –Macho-Camacho. El duelo fue escenificado en el Tropicana Hotel y Casino, de Atlantic City, New Jersey, y no obstante a su impresionante desempeño frente a un rival de la estatura de Camacho, a quien tumbó en el mismo primer asalto –la primera vez que fue tumbado el boricua-, el jurado votó en su contra y concedió el triunfo al renombrado púgil puertorriqueño.
Cruz siguió su peregrinar por rings internacionales, casi siempre ganando e incluso conquistó en Santiago de los Caballeros, otro cetro nacional, el de los medianos junior -154 libras-.
Empero, las grandes peleas no regresaron y el 19 de mayo de 1990, en el Caesars Palace, de Las Vegas, Nevada, sucumbió por la vía rápida en cinco asaltos frente al para ese momento prospecto venezolano, Engels Pedroza.
Fue su último combate, pues ya comenzaba a tener problemas de salud, especialmente de la vista, situación que hizo mermar sus facultades y lo obligó a anunciar su retiro definitivo.
Luego de 11 años de intensa actividad pugilista su foja quedó en 40 victorias, 22 por nocaut, seis reveses y un empate.
Reyes Antonio Cruz, quien hace años fijó residencia en los Estados Unidos y cuya trayectoria, reiteramos, le hace merecedor de una pensión del Estado o, en su defecto, ser incluido en el programa de protección a las viejas glorias, pudo haber sido campeón del mundo, en razón de que tenía todas las condiciones para alcanzar tal distinción.
Nunca perdió en su país…
No obstante, entre sus muchos méritos, figura el no haber perdido nunca una pelea en su país, pese a que enfrentó y venció a los mejores en las divisiones en las que combatió, muy en especial en las 140 libras –junior welter- en donde hizo la mayor parte de su carrera.
Además, tuvo el honor de tener en la lona, a sus pies, a Héctor –Macho-Camacho, uno de los más ilustres campeones que ha tenido América Latina en toda su historia -y quien jamás fue derrotado por nocaut en 88 peleas celebradas-. ¡Loor a este grande del boxeo quisqueyano, ejemplo a seguir dentro y fuera del ring! PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: El mexicano Lauro Salas fue el segundo boxeador latino en ganar el campeonato mundial de los pesos ligeros -135 libras-, tras vencer por decisión en 15 asaltos al norteamericano Jimmy Carter, el 14 de mayo de 1952, en Los Angeles, California. ¡Suena la campana! ¡Climmp!
Pie
Reyes Antonio Cruz