LOS ÁNGELES (AP) – Margarita Mota, esposa del gran jugador de los Dodgers de Los Ángeles Manny Mota y matriarca de una familia de beisbolistas, falleció el sábado. Tenía 81 años.
Había tenido problemas de salud en los últimos años y murió de causas naturales en su casa en el suburbio de La Crescenta, en Los Ángeles, según su hijo José, un ex jugador de las Grandes Ligas que trabaja en las transmisiones en español del equipo.
Manny Mota, de 85 años, es el tercer bateador emergente de las Grandes Ligas y ganó las Series Mundiales con los Dodgers en 1981 y 1988. El jardinero dominicano jugó parte de 13 temporadas entre 1969-80 y 1982 con los Dodgers. Se desempeñó como entrenador del equipo entre 1980 y 2013 y continuó trabajando para el club como locutor de televisión en español hasta 2020.
La pareja estuvo casada durante 60 años. Crearon la Fundación Internacional Manny Mota, una organización sin ánimo de lucro que ha recaudado dinero para construir una clínica médica, campos de béisbol y una escuela en la República Dominicana.
La aplaudo”, dijo José Mota. “Una mujer del pueblo. Amaba a los necesitados y nos enseñó a cuidarlos”.
Además de José, a Margarita le sobreviven otros siete hijos: Cecilia, María, Rafael, Andy, Domingo, Gary y Tony, así como 20 nietos y cuatro bisnietos.
Andy también jugó en las Grandes Ligas, mientras que Domingo, Gary y Tony lo hicieron en las ligas menores. Tony también fue entrenador de los Dodgers.
José Mota recordaba cómo su madre llevaba y traía a sus ocho hijos de la República Dominicana a Los Ángeles para que estuvieran con su padre cuando éste jugaba.
“Una mujer fuerte”, dijo. “Una mujer maravillosa”.
Margarita Mota era conocida por cocinar comidas para los jugadores de los Dodgers que participaban en la Liga de Invierno dominicana.
“Ella se aseguraba de que las familias estadounidenses fueran a nuestra casa para las fiestas”, dijo José Mota.
Los Dodgers colocaron una foto enmarcada de la sonriente pareja, con los brazos de Margarita rodeando a su marido, y un ramo de rosas blancas en el palco de prensa del estadio.
Hubo un momento de silencio antes del partido del equipo contra los Giants de San Francisco.