Lucas Hernández “El Saga”
Alumno aventajado del maestro Rafael “Bodega” Aybar, de quien ya enfocamos su trayectoria, Lucas Hernández “El Saga” comenzó su carrera como entrenador en el mismo lugar donde se inició como boxeador.
Ciertamente, “El Saga” antes de entrenar boxeadores, fue peleador y comenzó en la práctica del boxeo a orillas del Río Yaque del Norte, en la parte baja de la ciudad, al final de la Avenida Hermanas Mirabal, en un lugar que llamaban “El Basurero de Carlos Gallardo”, donde Bodega Aybar daba prácticas.
Su paso por el boxeo olímpico fue bastante corto, debido a que se fracturó una de sus rodillas y eso lo imposibilitó de seguir como peleador activo. Con ello se malogró una carrera que, a juzgar por los conocedores de la época, prometía bastante.
Sin embargo, este percance sirvió para que naciera en él un gran entrenador, en cuya faceta alcanzó notoriedad y respeto nacional e internacional.
En ese local, en la ribera del Yaque, a principios de los años 70s (1973, para ser más exactos), comenzó “El Saga” a dar prácticas en las condiciones más precarias y rudimentarias que se podría imaginar.
Esto, sin embargo, no fue óbice para que desarrollara a una pléyade de jóvenes talentos que luego destacarían en el entonces boxeo amateur y en el profesionalismo.
Poco después, gracias a la gestión de su amigo, el conocido y experimentado periodista deportivo, Rafael “Pappy” Pérez, “El Saga” pasó a impartir sus enseñanzas en el local del Club Félix Benjamín Marte, ubicado en las proximidades del populoso sector de La Joya, y los frutos no se hicieron esperar.
A partir de ahí, su labor como entrenador prosperó de manera impresionante y adquirió un gran prestigio, ya que sus boxeadores sobresalieron en la mayoría de los torneos olímpicos en que participaron a nivel local y regional, ganando la mayor parte de sus peleas.
De su cuadra surgieron buenos boxeadores, pero uno en especial alcanzó un progreso meteórico y llamó mucho la atención: José Joaquín Baret, considerado en su momento uno de los más fuertes pegadores en la división welter (147 libras) y quien brilló en sus inicios como profesional en los Estados Unidos, convirtiéndose en una de las principales atracciones para el público hispano que asistía a las veladas que se presentaban en el Madison Square Garden de Nueva York.
Baret, junto a Radhamés Villalona y su hermano Ramón Hernández, fueron genuinos productos de su escuela boxística. Sin embargo, “El Saga” tuvo mucho que ver en la formación de púgiles como Victoriano “Santico” Sosa, excampeón nacional ligero (135 libras) y quien peleó dos veces por el título mundial de esa división, Ramón “El Sordito” Neris, que disputó el trono universal de los moscas, Rafael Torres, excampeón mundial mínimo y otros de menor jerarquía que también pasaron por sus manos.
Al frente del Félix Benjamín Marte, Hernández, quien reside en los Estados Unidos, ganó muchos certámenes locales y regionales. No obstante, su labor como entrenador de más de 30 años se extendió más allá, debido a que en múltiples ocasiones fue miembro del cuerpo técnico de la selección nacional.
Con esa responsabilidad sobre sus hombros, viajó con el equipo nacional a países como Puerto Rico y Colombia. Incluso, en esta última nación participó en los Juegos Centroamericanos del Caribe de 1978, donde entrenó y subió a sus respectivas peleas a púgiles de la talla de Pedro Julio Nolasco, Jorge Amparo (“Salchichón”), Arsenio Rodríguez y Luis “Cucuso” Santana, entre otros.
Se trató de una jornada gloriosa para el boxeo dominicano en Colombia, ya que casi todos los mencionados ganaron medallas de oro. Y Lucas Hernández “El Saga” tuvo el honor de ser partícipe de primer orden de esa y otras proezas que forman parte del cuaderno histórico del pugilismo doméstico.
Él también merece, entre muchas otras cosas que se le han negado hasta ahora, incluida una pensión, que la Alcaldía provincial, con el licenciado Abel Martínez Durán a la cabeza, lo incluya en los murales de la ciudad.
PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: Desde que Cal Ripken Jr estableció la marca de más juegos seguidos en las Grandes Ligas, con un total de 2,632 juegos, la más extensa ha sido la del dominicano Miguel Tejada, quien participó en 1,152 sin pausa. ¡Suena la campana! ¡Climb!
Pie
Lucas Hernández “El Saga”, centro, junto a parte de los boxeadores que entrenaba.