Rafael Baldayac
Todos los principios ético, morales, espirituales y de las buenas costumbres de la sociedad, fueron violados por los lanzadores de los Yanquis de Nueva York Fritz Peterson y Mike Kekich protagonistas del escándalo más depravado e inmoral que registra la historia de las grandes ligas.
Peterson y Kekich, ambos pitchers zurdos, sorprendieron al mundo del béisbol, el lunes 5 de marzo de 1973, cuando anunciaron la firma de un peculiar convenio mediante el cual intercambiaban sus respectivas esposas e hijos, con las que contrajeron nuevas nupcias luego de un divorcio programado en 1972 entre las dos parejas.
Un gran revuelo en el mundo del beisbol de Grandes Ligas se produjo al darse a conocer la noticia públicamente ese lunes 5 de marzo de 1973 durante los entrenamientos primaverales de los Yankis de Nueva York en St. Petersburg, Florida.
Con esta revelación los dos lanzadores se adueñaron de los titulares de los periódicos, pero no por haber logrado salidas de calidad desde la colina de los sustos.
El hecho fue considerado inverosímil, que dos pitchers se cambiaron las familias. El cambalache de vidas envolvió a toda la familia, incluyendo los perros y las domésticas, en una acción que género todo tipo de críticas y especulaciones.
O sea, permutaron a sus esposas, sus hijos, sus hogares, los dos automóviles y hasta las mascotas de la familia.
Fritz Peterson y Mike Kekich, dos pitchers zurdos, estremecieron al mundo con la decisión de cambiar de familia.