La esperada pelea entre el norteamericano Devin Haney y el ruso Vasyl Lomachenko llenó cabalmente las expectativas.
Ambos peleadores se enfrentaron el pasado sábado, en el MGM Gran Hotel de Las Vegas, Nevada, en un duelo en el que estuvo en juego el campeonato mundial unificado de los pesos ligeros -135 libras-, en poder de Haney, y la verdad es que no defraudaron ni al más exigente de fanáticos.
En efecto, Haney y Lomachenko ofrecieron un combate lleno de acción, intensidad, bravura y sin desperdicio, en donde no hubo pausa ni tregua durante los 12 asaltos a que estuvo pautado el duelo. Incluso, podría ser candidata a “Pelea del Año”.
La decisión, unánime a favor de Haney -dos jueces lo vieron ganar 115-113 y un tercero 116-112-, resultó polémica en cierto modo porque parte de la fanaticada protestó el veredicto e inclusive quienes transmitieron la contienda entendieron que Lomachenko mereció el triunfo.
Los tres jueces, sin embargo, entendieron lo contrario y asì lo reflejaron en sus tarjetas. A nuestro juicio, aún de manera más cerrada que lo que dice la votación, Haney ganó bien su compromiso.
Se tratò de un gran pleito, en donde Lomachenko, pese a sus 35 años de edad, demostró que todavía le queda mucho que aportar al boxeo y que sigue siendo toda una superestrella.
La Leyenda rusa, dos veces campeón olímpico y tres mundial en pesos diferentes en el profesionalismo, dominó bien los ángulos, ejecutó un pleito inteligente, exhibió un mayor volumen de golpes y superior velocidad en buena parte del trayecto.
Su estilo, versatilidad, complicaron la pelea a Haney, quien tuvo que emplearse bien a fondo para poder ejecutar su plan de combate, Lomachenko, de hecho, presentò una oposición mucho màs férrea de lo esperado y exhibió que està entero todavía como boxeador.
No obstante, Haney fue quien propuso en gran parte la pelea, fue el de la mayor iniciativa, conectó mejores y más contundentes golpes, los más efectivos y limpios. Y eso, la calidad del golpe, es uno de los elementos que tienden a tomar en cuenta los oficiales a la hora de anotar una pelea.
Es cierto que fue un pleito cerrado, bastante disputado, cuya votación debió ser más estrecha a favor Haney, con asaltos muy parejos que pudieron ir para cualquiera de los dos lados. Empero, desde nuestra òptica, el estadounidense, a la postre, fue más efectivo en su golpeo. Y la efectividad es la principal asignatura en boxeo.
Haney representa el futuro del boxeo…
Hay que tomar en cuenta además, aunque no es lo correcto ni lo ideal, que en un combate tan cerrado, a la hora de la votación, ésta por lo regular tiende a favorecer al boxeador más joven. En este caso, a Haney, quien con sus apenas 24 años de edad, representa el futuro de este deporte y como negocio, que es esta disciplina, conviene más que Lomachenko quien a su edad le queda un tiempo más limitado de actividad que al estadounidense. Esto, al margen de que vimos ganar a Haney, también pudo influir en el fallo del jurado.
¿Habrà revancha..?
En tanto, la pelea, en razón de su calidad competitiva y lo equilibrada que fue, sin dudas dejó sabor a revancha.
Mas, al tèrmino de las acciones, Haney, quien extendió su invicto a 30-0, con 15 nocauts, dijo que ya no puede hacer el lìmite de los ligeros, que debe someterse a grandes sacrificios para ello, motivo por el cual deberá subir a la categoría inmediata superior, los welters junior -140 libras-.Esto hace algo difícil la posibilidad de un segundo enfrentamiento entre si.
Que conste, Haney habrìa dicho previamente que se quedarìa en ligero para buscar un combate futuro ante su compatriota Gervonta Davis o frente al también estadounidense Shakur Stevenson, quienes militan en ese casillero. Ahora, sin embargo, no se sabe si se podrán hacer ambos enfrentamientos o si Haney decide renunciar a la corona unificada que retuvo.
Lomachenko, de su lado, quien sufrió su tercer revès, todos con decisiones muy ajustadas -tiene 17 triunfos y 11 nocauts- dejó claramente establecido de que aùn pertenece a la èlite y que lo tiene todo para volver a ser campeón de una categoría en la que ya reinò.
Lo suyo, para volver a coronarse, podrìa ser cuestión de tiempo, dependiendo desde luego, a quien deba enfrentar como rival cuando le corresponde de nuevo disputar el título-frente a Gervonta Davis o Shakur Stevenson, podrìa tener problemas para salir victorioso-.
En definitiva, pues, hay que quitarse el sombrero ante un boxeador de su jerarquía, pero tambièn reconocer a la vez que Devin Haney, quien tuvo la pelea màs difícil de su carrera, se graduò frente al ruso, pasó la prueba y mostró que es un autèntico campeón. Ya veremos què depara el porvenir inmediato para ambos. Estén atentos. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES:A propósito de Haney, es oportuno decir que éste debutó como profesional en Tijuana, México, el 11 de diciembre del 2015, ocasión en que noqueò en el primer round a Gonzalo López. ¡Suena la campana!!Climmp!
Pie
Devin Haney, izquierda, lanza un jab su retador, el ruso Vasyl Lomachenko, durante el combate del pasado sábado entre ambos. Foto fuente externa.