Grandes expectativas se centraron sobre la pelea entre el norteamericano Gervonta Davis y el estadounidense de ascendencia mexicana Ryan García.
El duelo, celebrado el pasado sábado, en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada,resultó movido, pero la realidad es que no registró la intensidad esperada y de algún modo García tampoco estuvo a la altura prevista.
El resultado fue el que la mayoría esperaba. Un triunfo de Gervonta Davis, quien se apuntó un espectacular nocaut técnico en el séptimo asalto para quedarse con la denominada “Pelea del Año”.
García, desde el principio trató de sacar provecho a sus ventajas en estatura y alcance. Con ese propósito utilizó el jab de izquierda de manera persistente a partir del primer asalto.
Gervonta, quien acostumbra a venir de menos a más, comenzó la pelea moviéndose a los laterales y con cierta cautela. En el segundo asalto, García, que dominó un primer round de poca acción, comenzó con mayor agresividad e inclusive presionó y conectó buenas manos a su rival. Sin embargo, cuando había transcurrido poco más de la mitad de esa vuelta,Davis pegó una devastadora izquierda en plena barbilla de García que envió a éste a la lona, y aunque se levantó, era evidente que el golpe fue fuerte e hizo daño.
A partir de ahí, Gervonta comenzó a imponer respeto, García fue más cauteloso y de algún modo no tuvo la determinación y agresividad que había exhibido previamente.
En efecto, García se mostró más cuidadoso y sin distancia para lanzar sus golpes, mientras Gervonta ganaba confianza y lucía más efectivo en su golpeo.
El desenlace llegó en el séptimo capítulo, cuando a mediados de esa vuelta, una izquierda en gancho al hígado por parte de Davis, de efecto retardado, depositó en el tapiz a García, quien esperó la cuenta de rodillas. El golpe, al parecer, le paró la respiración y lo dejó inmóvil mientras hacía un gesto de dolor.
La dinamita de Gervonta había estallado en la anatomía de Ryan García y todo se consumó. Ahí se esfumaron las esperanzas del méxico-norteamericano de ganar la pelea más importante de su carrera y lo que se constituyó en su primera prueba de fuego, la cual lamentablemente, no pudo pasar.
Gervonta, con este triunfo, tan contundente como relevante, probablemente se consagra como uno de los mejores boxeadores libra por libra del momento, honor que merece, sin importar el lugar en que sea colocado, y como la nueva cara del boxeo.
Esto último, si se toma en cuenta el hecho de que ya el astro mexicano Saúl –Canelo- Alvarez, quien por mucho tiempo ostentó este honor, ya ha entrado en su decadencia y se prevé que no durará mucho tiempo sin que anuncie su retiro.
Davis, quien extendió su invicto a 29-0, con 27 nocauts, es un joven de apenas 28 años de edad, y posee todo el talento del mundo, a lo que se suma el enorme carisma que atesora, condiciones éstas de importancia capital para un pugilista que aspire a ostentar esta distinción.
Ryan García, de su lado, quien sufrió su primer revés en 24 salidas, con 23 triunfos, 19 por la vía rápida, deberá comenzar a hacer méritos en aras de volver a reencauzar su carrera y recibir nuevas oportunidades como esta. A su corta edad (24 años edad) aún le queda un mucho por delante para alcanzar este propósito. Este revés no debe desanimarlo. Todavía está a tiempo de recuperar el terreno perdido. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES:A propósito de Gervonta Davis, es oportuno decir que éste conquistó el primero de sus tres títulos mundiales en pesos diferentes, el de los ligeros junior -130 libras- el 14 de enero del 2017, ocasión en que noqueó en siete vueltas al boricua José Pedraza, en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York. En la ocasión ganó el trono avalado por la Federación Internacional de Boxeo –FIB-. ¡Suena la campana! ¡Climmp!
Pie
Momentos en que Gervonta Davis, de pie, noquea a Ryan García, quien yace en la lona.Foto fuente externa.