BOSTON (AP) – Con tres banderas gigantes de la Serie Mundial colocadas en el césped del campo, tres trofeos de campeón sobre una mesa y su placa del Salón de la Fama colgando detrás de él, David Ortiz disfrutó de la bienvenida de los aficionados del Fenway el martes, dos días después de ser inducido en Cooperstown.
Agradeciendo a los que le ayudaron a lo largo de su carrera -muchos de ellos sentados en sillas plegables a lo largo de las líneas de primera y tercera base- Ortiz salió al campo entre cánticos de “¡Papi!” y dijo a la multitud antes de que los Red Sox, que están de capa caída, jugaran contra los Cleveland Guardians: “El amuleto de la buena suerte acaba de llegar”.
Ortiz ocupó su lugar cerca del montículo del lanzador donde, hace nueve años, reunió a los residentes después del atentado del Maratón de Boston proclamando: “¡Esta es nuestra (improperio) ciudad!” Los miembros del Salón de la Fama de los Medias Rojas, Carl Yastrzemski y Jim Rice, se unieron a él en esta celebración, al igual que Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, otros miembros de Cooperstown procedentes de la República Dominicana.
“Es increíble todo lo que ha pasado esta semana”, dijo Ortiz desde un podio engalanado con su número 34. “Muchas gracias, Boston. Aquí tienes a tu hijo. Te quiero para siempre”.
El ex gerente general de los Medias Rojas, Theo Epstein, tomó asiento en el lado de la primera base, con los ex gerentes Terry Francona, quien dirigió los equipos campeones de la Serie Mundial de 2004 y ’07, y John Farrell, quien estuvo en el banquillo para el campeonato ’13.