SANTIAGO.- Más que con el apellido Izquierdo, Jimmy parecía llegar a los estadios de
béisbol con el pie izquierdo, pero se mantuvo batallando por una década hasta que
logró su sueño.
El lanzador nativo de La Romana, es un ejemplo de perseverancia que puede motivar a
muchas personas, que ante el primer fracaso tiran la toalla.
Jimmy Izquierdo comenzó a jugar béisbol desde los 7 años en la categoría Periquitos
con la Liga Papolo, de La Romana.
Pero cuando cumplió los 10 se fue a trabajar como recoge pelotas en las canchas de
tenis de Casa de campo, donde solamente duró un año y le volvió a picar el gusanillo
del béisbol.
A medida que Izquierdo iba creciendo, en la actualidad mide 6’4” y pesa 225 libras,
aumentó su amor por el béisbol y con 13 años jugaba entre los grandes, siendo llevado
a un torneo nacional.
Su primera visita a un programa de béisbol fue a los 14 años, cuando fue acogido por el
popular Cepi.
Izquierdo se desempeñada como torpedero, pero a los 15 años observaron la fortaleza
de su brazo y vino la transición y se convirtió en lanzador, con la esperanza de que
como pitcher llegaría una firma más rápida.
Lo llevaron donde el exlanzador Leonel Vásquez, quien lo acogió como un hijo y
comenzó a enseñarle los secretos para convertirse en un pitcher dominante.
En su primer “Tryout” Izquierdo, quien lanza a la derecha, mostró una recta entre 85 y
86 millas, luego hizo una segunda presentación para los scouts y su bola rápida topó
las 88 y 89 millas.
Los busca talentos comenzaron a quedar deslumbrado con Izquierdo y los Bravos de
Atlanta lo invitaron para hacer una presentación en su academia en una semana,
frente a varios ejecutivos.
Jimmy estaba entusiasmado, veía cerca la firma, pero trabajando en su escuela, hizo
un bullpen y sintió un fuerte dolor en el brazo, lo que hizo que el jovencito de 16 años
estallara en llantos.
Comenzaron las visitas al médico y se descubre que tiene tendinitis, por lo que duró un
año y 7 meses en terapia. Cuando volvió, ya con 17 cumplido su velocidad no pasó de
84 millas.
Izquierdo no se rindió, continuó trabajando duro y con 18 años se trasladó donde
Wilson Heredia en San Pedro de Macorís, pero por su edad, la condición era que no
podía quedarse en la pensión.
Diariamente, sus abuelos Roberto Izquierdo y doña Cleotilde sacaban 200 pesos de su
estrecho presupuesto para que su nieto se trasladara de La Romana a San Pedro, para
trabajar de 7:00 de la mañana a 1:00 de la tarde.
El tiempo seguía avanzando, Izquierdo cumplió los 19 años y su recta aumentó a 90
millas y a los 20 decide regresar a La Romana su pueblo natal para prepararse allí. Sin
necesidad de hacer el largo viaje.
Lo invitaron a un “showcase” y Jimmy explotó la recta hasta 93 millas, motivando que
el scout de Cincinnati le ofreciera 10 mil dólares por la firma, pero el contrato fue
devuelto y eso hizo que Izquierdo se deprimiera, pero no se rindiera.
Cuando llegó a 21 años continuó con su sueño y encontró un “ángel”, Darío Moreno el
popular Ochoa, quien falleció hace alrededor de un año, lo llevaron a la pensión y su
velocidad subió como la espuma, topando 94 y 95 millas.
Vino un proceso de presentaciones y bullpen y la recta continuó su escalada llegando a
96-97, lo que motivó que los Filis de Filadelfia se interesaran, pero el contrato, quizás
producto de su edad, no se materializó.
Izquierdo no se entregó y miró para otro continente, buscando una oportunidad en la
academia de Hiroshima Toyo Carp que funciona en el país, pero no logró el objetivo.
Ya con 24 años, Jimmy Izquierdo gestiona una beca para Estados Unidos y la tenía
amarrada, pero le negaron la visa y todo se fue al piso.
Al oídos de Izquierdo llega el anuncio del inicio de la Liga de Verano del Cibao, toma
sus herramientas de jugar y se presenta a los Mineros de Bonao, logrando quedarse en
el equipo y debutando en Moca contra los Granjeros.
Izquierdo hasta estudiar una oferta para ir como pitching coach a México, cuando
apareció el japonés Koichi Akimoto, quien quedó impresionado por las condiciones
atléticas insistente lanzador.
Akimoto le ofreció un contrato para jugar con el equipo Samurai Blades, de la Liga
Independiente de Béisbol de Japón, donde son observados por los conjuntos mayores.
A los 25 años llegó la oportunidad para Jimmy Izquierdo quien demostró que no
importa tropezar y caer, hay que levantarse y continuar para cuando llegue a Japón lo
reciban con un “Youkoso”.
Pie de foto
Jimmy Izquierdo