El pasado domingo el fenómeno Floyd Mayweather Jr reapareció tras casi cuatro años fuera del boxeo –su último pleito oficial había sido en agosto del 2017 cuando noqueò al artemarcialista irlandès Conor McGregor-.
Lo hizo en una especie de exhibición, no en una pelea oficial ni contra un boxeador como rival, sino un youtuber que podríamos decir le gusta el boxeo, pero que no domina esta disciplina.Se trata de Logan Paul, un joven estadounidense que tiene millones de seguidores en las redes sociales y que se ha hecho famoso en esta actividad, no en este deporte.
El combate fue celebrado en el Hard Rock Stadium de Miami y, como siempre sucede en las peleas de Mayweather, concitò la atención del mundo boxìstico.
Ciertamente fue un éxito económico pues vendió muchos derechos en la señal de “pague por ver” de Showtime y sòlo Mayweather, se embolsillò 50 millones de dólares. Sin embargo, no puede decirse lo mismo en el aspecto deportivo.
En este último renglón fue decepcionante. Es cierto que se sabìa que este enfrentamiento era màs bien un espectáculo, una especie de show o entretenimiento, que no sería un combate de verdad.
No obstante, la mayor parte de los aficionados presentes en el escenario, esperaban màs de parte de Mayweather Jr. Esto asì, porque casi en su totalidad fueron a verlo a èl, no a Logan Paul.
Es que de Paul, quien subió al ring con rècord profesional negativo de 0-1, no se podía esperar mucho, no màs de lo que hizo, porque èste no es boxeador. Si acaso tiene algunos conocimientos básicos sobre la materia. Y en base a eso, se esforzó por hacer lo que pudo, que no fue màs que tratar de mantener a distancia a Mayweather con un débil y mal tirado jab y algunos golpes largos que en su mayoría no pegò, además de otros que se perdieron en los guantes de Mayweather.
De Mayweather, pese a sus 44 años de edad, los fanáticos esperaban un nocaut, que enviara a la lona a Paul, lo vapuleara. Esto en razón de que no había jueces en la pelea, lo que indicaba que la mayor emoción que podía producir ese enfrentamiento era el que la estrella, el maestro, que es Mayweather lograra jugar, ridiculizar y luego noquear a su rival. Eso era lo que los fanáticos presentes querìan. Y al no producirse, entonces abuchearon a los dos protagonistas, muy en especial a Mayweather.
En lo competitivo fue un pobre espectáculo, en ocasiones monótono y en donde predominaron los amarres –el referì tuvo que trabajar mucho separándolos constantemente-.Ocurre que Mayweather Jr se limitò a hacer ejecutorias defensivas, a poner a fallar a Paul, en base a movilidad, cabeceos y bloqueòs y en ocasiones lanzaba algunas que otras combinaciones que casi siempre hacìa blanco, pues Paul no tiene defensa.
Ciertamente Mayweather Jr, quien tiene foja de invicto en 50-0, con 27 nocauts, pegò mucho màs, dominò y de haber sido una pelea real hubiese ganado cómodo. No obstante, pudo haber hecho màs para complacer al público presente y a los cientos de miles de televidentes que pagaron para verlo.
Mas, al parecer, no quiso arriesgar, rehuyò intercambiar golpes de manera abierta y franca con un adversario que le llevaba probablemente mucho màs de 40 libras a la hora de subir al ring y que parecía un gigante a su lado (en el pesaje oficial el dìa anterior, Paul pesò 189.5 libras contra 155 de Mayweather Jr, 34.5 libras de diferencia). De hecho, en cierto modo, por momentos dio la impresión de que era un pleito entre “David” y Goliat”.
Mayweather, quien se las sabe de todas todas, y cuya inteligencia es conocida, no quiso exponerse a recibir un golpe de un hombre demasiado grande y fuerte para èl, el cual lo hubiese ridiculizado enviándolo a la lona o, quizás, habrìa tenido consecuencias fatales para su salud. De ahì el que, generalmente, boxeò con cautela, con mucho precaución haciendo únicamente lo que creìa necesario para ganarse el gran dinero que ganó, que no fue màs que contragolpear y lanzar una que otras combinaciones y volados de derecha e izquierda para sumar puntos y concluir los ocho asaltos a que estuvo pactado el duelo sin inconvenientes,aunque sin pena ni gloria.
Y esto en cierto modo es entendible, la salud està por encima de todo. Empero este tipo de presentaciones, si bien sirve para robustecer la ya de por sì inmensa fortuna de Floyd Mayweather Jr, cinco veces campeón mundial en pesos diferentes –ligero junior, ligero, welter junior, welter y mediano junior-, también le hace daño a su legado y al sòlido prestigio que con tanto esfuerzo logró como uno de los màs grandes boxeadores de todos los tiempos, asì como al deporte que èl por años tan dignamente representò y dio brillo.
PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: A propósito de Mayweather Jr, es oportuno decir que èste conquistò medalla de bronce en las Olimpìadas de Atlanta, Georgia, en 1996 y que en aquella ocasión era claro favorito para ganar el oro. ¡Suena la campana! ¡Climmp!
Pie
Floyd Mayweather Jr, de frente, trata de esquivar una izquierda de Logan Paul, durante el combate del pasado domingo entre ambos. Foto fuente externa.