T. PETERSBURG, Florida — Fenway Park. Busch Stadium. Tropicana Field. Para el dominicano Rafael Devers, el lugar no importa estos días. Ponle un bate en la mano y va a conectar un jonrón.
Durante la victoria por 5-0 de los Medias Rojas la noche del lunes en el Tropicana Field, Devers estableció un récord para los Medias Rojas al batear un bambinazo en su sexto juego consecutivo.
Devers es el primer jugador de las Grandes Ligas en batear cuadrangulares en seis juegos seguidos desde que Mike Trout lo hiciera en siete cotejos consecutivos del 4 al 12 de septiembre del 2022. Joey Votto tuvo una racha de siete juegos del 24 al 30 de julio del 2021. Paul Goldschmidt se voló la cerca en seis compromisos al hilo del 22 al 27 de julio de 2019.
“Por supuesto, estoy muy orgulloso de estar en esa conversación con [Trout] y en esa posición”, dijo Devers. “Obviamente, conocemos el tipo de superestrella que es. Es un futuro Salón de la Fama y una superestrella. Estar en el mismo nivel que él es algo que se siente muy bien”.
Después de conectar jonrones en los dos últimos juegos de una serie de cuatro desafíos contra los Rays la semana pasada en Fenway y en los tres juegos en el Busch Stadium ante los Cardenales durante el fin de semana, Devers pegó un cuadrangular de dos carreras hacia el jardín izquierdo en la parte alta del cuarto inning contra el lanzador derecho de los Rays, Taj Bradley, para mantener la racha viva.
Su décimo bambinazo de la temporada salió de su bate a una velocidad de salida de 104.5 mph y recorrió una distancia proyectada por Statcast de 382 pies. Hubiera sido un jonrón en 28 de los 30 estadios de las Grandes Ligas, con Truist Park y Camden Yards como las únicas excepciones.
Sólo otros seis jugadores de los Medias Rojas (Jimmie Foxx, Ted Williams, Dick Stuart, George Scott, el cubano José Canseco y Bobby Dalbec) habían conectado jonrones en cinco encuentros en fila antes de que Devers igualara esa hazaña el domingo por la tarde.
Devers remató el batazo tirando el bate y mirando fijamente la pelota mientras volaba. Se golpeó el pecho mientras comenzaba a recorrer las bases. Y sus compañeros de equipo armaron una fiesta cuando regresó al dugout.
“Cuando llegué al dugout y vi a mis compañeros de equipo, fue un momento especial, sin duda”, reconoció Devers.